alabras Mayores. Ya con tres candidatos presidenciales de tres coaliciones electorales definidos se puede llegar a algunas conclusiones. Primero, que es altamente probable que la disputa se dé entre tres a lo largo de toda la campaña. Y que en consecuencia quien gane lo hará con el tercio mayor. Segundo, ninguno de los tres partidos principales consideran que su voto duro sea suficiente para ganar. De suerte que para alcanzar el tercio mayor requieren de los puntos que les aportan en conjunto los otros partidos coaligados. Tercero, que para alcanzar el triunfo en las elecciones presidenciales el único móvil en las tres coaliciones es cómo suman votos para ganar. Lo que parece absolutamente lógico, ¿porque, cuál otro sería el propósito de participar en unas elecciones sino ganarlas?
Retrato hablado. El problema es que ganar las elecciones en el contexto actual de México apenas inicia el largo calvario para cualquiera que sea la coalición ganadora. En primer lugar está la coalición misma y su tránsito hacia una coalición gobernante. En cualquier caso cómo se conforma el Poder Ejecutivo apenas nos introduce a un segundo tema. ¿Cómo gobernar con un Congreso, con poderes legislativos y ejecutivos locales, con un Poder Judicial y con medios de comunicación profundamente fragmentados? Eso lleva al tercer problema, que es que mientras los poderes formales están fragmentados, muchos poderes fácticos fragmentados o no tienen objetivos precisos que les han permitido capturar y colonizar franjas concretas del poder del Estado.
Luis Spota. Teniendo en el trasfondo la manera sincopada y bastante desarticulada como se desenvuelve la precuela de las elecciones de 2018 me encontré con la agradable sorpresa de la redición de las obras principales de Luis Spota que forman parte de la serie La costumbre del poder
. Leí hace casi 50 años varias de sus novelas y me pareció entonces que expresaban muy bien los usos y costumbres del régimen autoritario. A la luz de su redición decidí releerlas comenzando con Palabras mayores y Retrato Hablado.
Palabras mayores narra el proceso por medio del cual el Presidente selecciona al sucesor con el llamado dedazo. Aquí se trata de un joven tecnócrata ministro de Industrias y Desarrollo, Víctor Ávila Puig, que en uno de sus acuerdos regulares con el presidente Don Aurelio Gómez Anda escucha de éste su consejo de que se prepare para ser candidato presidencial: hay corrientes de opinión que lo favorecen
. Ávila Puig está casado con la hija de un rico ranchero del norte que protagoniza hilarantes episodios en el destape, apadrinado por el grupo económico más poderoso Grupo Olid y como corresponde a todo tecnócrata con un lagartón dinosaurio político de consejero aúlico para que lo guíe por los meandros del laberinto priísta.
Retrato hablado. Es el retrato sin afeites ni subterfugios de los miembros de las elites económicas protagonizada por benefactor de todos, Eugenio Olid. La historia se desenvuelve cuando siete de sus personas más cercanas incluyendo a su abogado, su médico, sus dos herederos, el general compadre, el arzobispo primado y su amante-ama de llaves, cargan, conforme a su última voluntad, el féretro de Don Eugenio a pie desde la capital del estado hasta el pueblo de donde era originario el patriarca del capitalismo norteño. Ambas novelas retratan a las elites políticas y económicas del momento.
Tantas similitudes con los usos y costumbres, en los estilos, en la verborrea, en la despiadada lucha por el poder invitan a analogías extralógicas y extrahistóricas. Esto es particularmente grave porque ocultarían la naturaleza del poder y de los poderes hoy día. Por ello, en cambio, las novelas de Spota son un utilísimo contrapunto para revisar lo que cambió y lo que se mantiene del viejo régimen.
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