Martes 26 de diciembre de 2017, p. 20
Alberto Fujimori, el hombre que apareció de la nada en 1990 para ser protagonista de la historia de Perú, añadió otro capítulo en su carrera, al ser indultado cuando aún le faltaban cumplir 15 de los 25 años a los que fue condenado tras ser declarado culpable de la autoría intelectual de 25 asesinatos y dos secuestros.
Ingeniero agronómo hijo de japoneses, era rector de la universidad pública limeña La Molina cuando emergió en la política y venció en las elecciones presidenciales de 1990 al escritor y premio Nobel Mario Vargas Llosa.
Su gobierno (1990-2000) estuvo marcado por violaciones a la Constitución, que incluyeron un autogolpe
en 1992, atropello a los derechos humanos corrupción y una inflación de 7 mil 500 por ciento.
Tras enfrentamientos con el Congreso de mayoría opositora, Fujimori, con respaldo de las fuerzas armadas, disolvió el Parlamento la noche del 5 de abril de 1992 e intervino el Poder Judicial, además de anular la Constitución de 1979, que fue remplazada por la de 1993, vigente hasta ahora.
Fujimori, conocido como El chino, derrotó a la guerrilla maoísta Sendero Luminoso y al guevarista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, pero organismos de derechos humanos denunciaron ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y matanzas de civiles en esa lucha antiterrorista.
A finales de 1991, un grupo armado ingresó a una casa en los Barrios Altos, centro de Lima, en la que había una fiesta y disparó en forma indiscriminada asesinando a 15 personas, entre ellos un niño de ocho años. La mayoría eran vendedores de helados. A mediados de 1992, individuos entraron a la universidad estatal La Cantuta, en Lima, y se llevaron a un profesor y nueve alumnos que después aparecieron en fosas clandestinas. Más tarde, se comprobó que el escuadrón Grupo Colina del ejército, comandado por el general Vladimir Montesinos y bajo órdenes directas del presidente, fue el responsable de ambas matanzas.
En medio de una aguda crisis económica, Fujimori aplicó un modelo neoliberal que le sirvió para granjearse el apoyo de las clases dirigentes de Perú, de los empresarios y de los organismos financieros internacionales.
En 2000 el ex mandatario huyó de Perú luego que se revelaron varios escándalos de corrupción que incluían a su asesor Montesinos y renunció a la presidencia vía fax. Se refugió en Japón y luego en Chile. A petición de Lima, Chile lo extraditó en 2007.
En 2009 Fujimori fue condenado a 25 años de prisión tras ser encontrado culpable de asesinato, secuestro agravado y lesiones graves, así como del secuestro de un empresario y un periodista.
En prisión, el ex mandatario fue operado al menos en cinco ocasiones por lesiones cancerígenas en la lengua. En 2013 el ex presidente Ollanta Humala le negó un indulto humanitario solicitado por sus hijos, Keiko y Kenji Fujimori, dirigente y miembro del partido Fuerza Popular, respectivamente.
Pese a todo, El chino conserva la fidelidad de casi un tercio de sus compatriotas. Sus críticos no creen sus problemas de salud y vaticinan que volverá a la lid política.