Moscú.

Rusia acusó ayer a Estados Unidos de fomentar un nuevo baño de sangre en el este de Ucrania, después que Washington anunció un refuerzo de las capacidades defensivas de Kiev.

Esta declaración llega después que el sábado por la noche entró en vigor una nueva tregua en esta región ucraniana, víctima de un conflicto armado entre las fuerzas de Kiev y los separatistas prorrusos con motivo de las fiestas de fin de año.

Hoy, Estados Unidos conduce (a las autoridades ucranianas) hacia un nuevo baño de sangre, declaró en un comunicado el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Ryabkov. Las armas estadunidenses pueden provocar nuevas víctimas en nuestro vecino, advirtió.

Estados Unidos anunció el viernes anterior que iba a reforzar su ayuda a Ucrania en materia defensiva para que Kiev pudiera garantizar la soberanía de su territorio y construir su defensa a largo plazo.

Ryabkov acusó a la Casa Blanca de cruzar la línea y fomentar una reanudación del conflicto en la región de Donbas, este de Ucrania.

Los revanchistas de Kiev están disparando en Donbas a diario, no quieren llevar a cabo negociaciones de paz, sueñan con acabar con la población rebelde y Estados Unidos decidió darles armas para ello, criticó.

Otro viceministro ruso de Exteriores, Grigory Karasin, dijo que la medida de Estados Unidos debilita los esfuerzos para alcanzar un acuerdo político para Ucrania.

Esta decisión socava el trabajo para implementar los acuerdos de Minsk de 2015, aseveró Karasin a la agencia de prensa estatal Tass, refiriéndose a un pacto de paz mediado por Occidente.

Además, reiteró la posición de Rusia de que las autoridades de Ucrania deberían negociar con los rebeldes apoyados por el Kremlin mediante un diálogo honesto y directo.

No hay otra manera para resolver el conflicto, consideró.

Un informe de la cadena ABC, que cita a cuatro funcionarios del Departamento de Estado, señala que Estados Unidos planea suministrar a Ucrania misiles antitanque, incluyendo el avanzado sistema Javelin.

Por su parte, el presidente ucraniano, Petro Porochenko, aplaudió esa decisión de Washington, esperada durante tanto tiempo.

Las armas estadunidenses en las manos de los soldados ucranianos no son para pasar a la ofensiva, sino para responder con determinación al agresor y para una autodefensa eficaz, escribió Porochenko en Facebook.

Ucrania y sus aliados occidentales acusan a Rusia de apoyar militarmente a los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania, lo que Moscú desmiente de manera categórica.

¡Al fin!, escribió el embajador ucraniano en Estados Unidos, Valeri Chalyi, en su página de Facebook.

“Nuestro socio estratégico –Estados Unidos– finalmente tomó su decisión: como Estado soberano, Ucrania tiene el derecho legítimo de comprar y recibir armas defensivas, incluidas las letales”, declaró.

La debilidad provoca al agresor. La fuerza lo disuade, añadió Chalyi.

Más de 10 mil personas han muerto y unas 24 mil han resultado heridas desde que los separatistas prorrusos del este de Ucrania se alzaron en armas, en 2014.

Los acuerdos de paz firmados en Minsk en febrero de 2015 llevaron casi a término los combates, pero a lo largo de la línea fronteriza continúa la violencia, pese a las treguas anunciadas con regularidad por las dos partes.

Horas después de la entrada en vigor de una nueva tregua este sábado, Kiev y los rebeldes prorrusos se acusaron mutuamente de haberla violado.

Un portavoz militar de Ucrania, Vasili Labai, acusó a los separatistas de haber disparado lanzagranadas contra posiciones de las fuerzas ucranianas.

Por su parte, los rebeldes informaron que el ejército ucraniano lanzó disparos de mortero contra ellos.

El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, pidieron ayer a las diferentes partes del conflicto, ante el incremento reciente e inaceptable de las violaciones del alto el fuego en el este de Ucrania, asumir sus responsabilidades y aplicar lo antes posible los acuerdos, según un comunicado del Elíseo.