Es un cuento de hadas, dice María Gracia Sosa, médica de profesión
Lunes 18 de diciembre de 2017, p. 6
Montevideo.
María Gracia Sosa tuvo una pistola apuntando a su cabeza hace menos de cuatro años en Venezuela, víctima de un secuestro exprés. Un año después, para escapar de la inseguridad y la crisis, migró a Uruguay, donde acaba de ganar el concurso MasterChef.
Es un cuento de hadas
, relató en su casa de Montevideo. La cocina me apasiona y siempre he sido superfán de MasterChef, pero nunca imaginé que iba a tener siquiera contacto con el programa
, afirmó esta médica de 29 años, que aterrizó en Uruguay para seguir sus estudios de posgrado y probar suerte.
Cuando me salí de Venezuela, ya no me quedaban amigos allá. Se habían ido todos. Vine aquí porque me pareció un país seguro y podía ejercer como médico después de un proceso de revalidación de un año
, precisó.
Llegó a Montevideo en febrero de 2014 con un amigo y a los pocos meses la alcanzó su novio. Mientras estudiaba, trabajaba en una tienda para cubrir sus gastos y un día su pareja, sabedor de su pasión por la cocina y por el programa, la animó a presentarse a la segunda temporada.
“No creía estar a la altura, nunca he estudiado cocina ni nada, pero me dije: ‘¿Porqué no? Es un sueño, y capaz que se me da’”. Así que grabó un video en la cocina de su casa y lo mandó al programa sin muchas esperanzas.
Todo pasó muy rápido y en unas semanas concursaba en uno de los programas de más audiencia de Uruguay.
Durante el certamen seguí trabajando como médico y estudiando. Me pasaba toda la madrugada cocinando, mis compañeros de trabajo me dejaron un montón de libros y dediqué mucho tiempo a probar y aprender
, señaló.
Un mousse de maracuyá con crocante de chocolate
Ganó la segunda edición de MasterChef en Uruguay esta semana con un postre final estelar: mousse de maracuyá con crocante de chocolate. Aún no puede creer que hace menos de cuatro años estaba en otro mundo. Ahora me doy cuenta de que viví en una realidad bizarra
, dijo, evocando el secuestro del que fue víctima en 2013 en la ciudad venezolana de Valencia.
Temí por mi vida, con un arma apuntándome a la cabeza y con personas que no tienen ningún respeto por la vida ni por la dignidad humana ni por nada
, contó. Te hacen replantearte la vida y decir hasta qué punto merece la pena continuar exponiéndose
, concluyó.