Las autoridades no saben lo que pasa en Chalchihuitán porque no van al fondo, señala párroco
Falta de respeto
, decir que 5 mil desplazados retornaron a sus casas; los caminos están cerrados
Miércoles 13 de diciembre de 2017, p. 15
Adriana de Jesús Pérez Pérez nació el 29 de abril de 2015 en el paraje Pom, Chalchihuitán. Murió hace 11 días, el 30 de noviembre, de hambre y frío. Estaba desplazada, con su familia y cerca de 5 mil personas más, en la zona montañosa de los Altos de Chiapas. Sus padres son Martín Pérez Luna y Carmela Pérez Pérez.
Maura Pérez Luna era un poco menor. Nació el 11 de junio de 2016 y falleció a la intemperie, enferma y sin acceso a medicamentos, en calidad de desplazada de su lugar de origen, Canalumtik, el pasado 5 de diciembre. Su padre es Pedro Pérez Pérez.
Estos son los testimonios recabados por Nicodemo Aguilar Sánchez, vocero de los tzotziles desplazados de Chalchihuitán, Altos de Chiapas, quien informó además de la muerte de otros dos niños. Sus familias están muy dolidas y resentidas; no quieren proporcionarnos datos y no deseamos explicar los motivos por respeto a la conciencia de los padres del recién nacido, un niño del paraje Canalumtik, y otra niña de Chenmut
.
Activista social de su comunidad y agente del consejo de seguridad del municipio de Chalchihuitán, Aguilar se reunió el domingo con estas dos familias en duelo por la muerte de las pequeñas niñas, desplazadas en el paraje Pom, en presencia de las autoridades del lugar. Los dos padres confirmaron los decesos de sus hijas. El mismo Martín Pérez, quien es diabético, está muy delicado de salud y sin acceso a atención médica, ya que la clínica de Chalchihuitán está cerrada por el bloqueo de carreteras.
Nicodemo también informó sobre el fallecimiento de dos ancianos en las mismas condiciones: Domingo Girón Luna, de 70 años, y Martín Girón Rodríguez, de 80, quienes no resistieron el clima y las condiciones de privación en los campamentos de desplazados.
El domingo, la Secretaría de Salud de Chiapas aseguró en un boletín de prensa que no tiene conocimiento
de esos decesos y que brigadas de la institución han otorgado casi 2 mil consultas médicas en las localidades de Canalumtic, Chen Mut, Pom, Tzomolton, Bejelton, Tulantic, Cruzton, Vololchojon y Cruz Cacal.
Esa fue la misma respuesta que ese día dio el secretario de Gobierno, Juan Carlos Aranda, a una delegación que acudió a Tuxtla Gutiérrez en representación de los desplazados, y que encabezó el presidente municipal de Chalchihuitán, Martín Gómez Pérez, acompañado por autoridades y el párroco de Simojovel, Marcelo Pérez. “Y pues sí –comentó al respecto el presbítero Pérez–, no tienen conocimiento de las muertes de niños ni de lo que pasa ahí porque no han ido hasta el fondo, porque cuando van no llegan hasta los parajes más remotos. Ahí es donde está pasando toda la tragedia”.
Estas familias forman parte de un grupo de al menos dos mil personas que siguen pernoctando en el monte, lejos de sus casas en las comunidades de Chalchihuitán colindantes con el municipio de Chenalhó. Aunque el gobierno del estado aseguró en un boletín informativo, emitido en Tuxtla Gutiérrez, que los más de 5 mil desplazados ya retornaron a sus hogares, Nicodemo Aguilar opina que esa afirmación es una falta de respeto, porque es falso. No ha habido retorno y los caminos de acceso a nuestros pueblos siguen cerrados
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El párroco de Chalchihuitán, Sebastián López López, confirmó lo anterior. Dijo que en la cabecera municipal, donde está su parroquia, al menos 3 mil personas procedentes de las comunidades fronterizas con Chenahló se encuentran refugiadas en casas de familiares y amigos. Otras 2 mil –aunque es muy difícil dar una cifra exacta
– están dispersas en el monte.
El viernes, fallo sobre destino de 900 hectáreas en disputa
Comentó que la calma que se aprecia en la cabecera municipal es aparente. Aquí se han apagado las balaceras, pero no en las comunidades cercanas a Chenalhó. Estamos muy preocupados. No sabemos qué va a pasar mañana o pasado mañana
.
El próximo viernes, el tribunal agrario debe dictar un fallo sobre el destino de 900 hectáreas que los dos municipios reclaman como propias desde hace 45 años, y que es el origen del actual conflicto.
López López explicó que la ayuda humanitaria que llega desde la capital estatal o de San Cristóbal se reparte desde su parroquia después de dar un largo rodeo por Simojovel, donde coordina la operación solidaria el párroco Marcelo Pérez. Lo que repartimos alcanza sólo para dos días, no más. La situación es muy crítica
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