Premios Nobel de la Paz 2017 alertan sobre las armas nucleares
sólo se necesita que alguien pierda los estribos
Lunes 11 de diciembre de 2017, p. 26
Oslo.
Los militantes antinucleares alertaron este domingo que la destrucción de la humanidad puede depender simplemente de que alguien pierda los estribos
, al recibir el Nobel de la Paz 2017 en un contexto de crisis en Corea del Norte.
¿Será el fin de las armas nucleares, o acaso será nuestro propio final?
, se preguntó Beatrice Fihn, directora de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), durante la ceremonia de entrega del Nobel en Oslo.
La ICAN, que agrupa a unas 500 ONG en un centenar de países y lleva años alertando del peligro que constituyen estas armas, recibió el premio en presencia de varios sobrevivientes de los bombardeos estadunidenses sobre Hiroshima y Nagasaki, que dejaron 220 mil muertos hace 72 años.
La entrega de este Nobel se lleva a cabo este año en un contexto en que las tensiones en la península coreana alimentan los temores de una guerra. Pyongyang ha multiplicado en estos meses sus ensayos nucleares y disparos de misiles, intercambiando belicosas amenazas con Donald Trump, quien ordenó la realización de maniobras militares en la región.
La manera racional de proceder es dejar de vivir en condiciones en las que nuestra destrucción depende sólo de que alguien pierda los estribos
, dijo Fihn, quien exhortó a que el mundo se deshaga de las armas nucleares.
La amenaza de una guerra nuclear es ahora la más elevada que hace tiempo, sobre todo debido a la situación en Corea del Norte
, agregó.
Las potencias nucleares occidentales (Estados Unidos, Francia, Reino Unido) no enviaron –contrariamente a lo habitual– a sus embajadores a la ceremonia del Nobel, sino a diplomáticos de segundo nivel.
Para estas potencias nucleares el arma atómica es un instrumento disuasivo que permite evitar conflictos al cual no se puede renunciar.
Entre los asistentes a la ceremonia que sobrevivieron a bombardeos nucleares figuraba la canadiense de origen japonés Setsuko Thurlow, que recibió el Nobel en nombre de la ICAN, junto a Fihn.
Ante el rey de Noruega y la primera ministra Erna Solberg, la mujer de 85 años relató el horror que padeció.
Satsuko Thurlow tenía 13 años cuando la bomba A explotó en Hiroshima el 6 de agosto de 1945: ahí asistió a la muerte omnipresente, vio a sobrevivientes formando una procesión de fantasmas
, con los ojos desorbitados o los intestinos de fuera.
Aunque el número de ojivas nucleares en el planeta se ha reducido desde el fin de la guerra fría, hay actualmente unas 15 mil y cada vez son más numerosos los países que las poseen.