Tras gol tempranero de Pabón, Vargas y Meza anotaron los tantos del campeonato
Con global de 3-2, Tuca Ferretti da el sexto título a los felinos
Hugo González, nervioso en la meta de Rayados; Nahuel Guzmán se mostró seguro
Avilés Hurtado voló un tiro penal
Lunes 11 de diciembre de 2017, p. 2
Monterrey, NL.
Con garras afiladas e ímpetu de fiera, los Tigres se coronaron en el torneo Apertura 2017 al dar la voltereta para vencer 1-2 (3-2 global) al Monterrey. La experiencia de Ricardo Tuca Ferretti pesó más en el terreno de juego y se impuso al líder de la campaña para dar el sexto título a la escuadra felina en su historia.
La tan esperada final regia, el partido de los millones de dólares, valió la pena: buen futbol y entrega total con el propósito de consagrarse con el título.
Desde los primeros instantes la intensidad de apoderó del estadio del Monterrey, cuando Dorlan Pabón abrió el marcador y parecía que los Rayados tendrían un partido cómodo, pero los Tigres no se amedrentaron, sacaron las garras y remontaron con goles de Eduardo Vargas (30) y Francisco Meza (35).
El equipo local avivó la emoción con un gol tempranero. En una jugada de tres pases, los Rayados pusieron en jaque a Tigres cuando sólo habían transcurrido dos minutos en el reloj.
Rogelio Funes Mori recibió un pase largo y bajó el balón con el pecho a Pabón, quien disparó fuera del área para poner el 1-0.
La afición rayada –que llenó el estadio– desató el festejo; sólo era un gol, pero significaba una inmensa esperanza de salir con el título en mano. En el banquillo, Antonio Turco Mohamed se mostraba serio, pero ya saboreaba el triunfo.
En contraste, el tanto cayó como balde de agua fría a los felinos, que se vieron obligados a presionar en buscar de la remontada. El conjunto universitario fue osado, no se intimidó, generó peligro e intentó llegar a las redes de los locales, pero la escuadra rival no estaba dispuesta a ceder.
Los Rayados se cerraron y apostaron por un esquema defensivo, al tiempo que esperaban el momento oportuno para hacer contragolpes. La estrategia funcionó y por minutos dominaron el partido y hasta se acercaron a la meta de Nahuel Guzmán.
Tigres atacaba, pero enfrente tenía un complejo acertijo defensivo. La presión comenzaba a doblegar a los felinos, al grado que un retador André-Pierre Gignac reclamó al silbante Fernando Guerrero por una falta.
Parecía que el equipo de Mohamed lograría mantener la ventaja, pero la pericia de los felinos y un error del arquero Hugo González les dio el empate al minuto 30.
Jesús Dueñas quebró la zaga de Rayados al enviar un pase a Eduardo Vargas, quien desequilibró al adversario al lanzar un tiro desde la media luna, disparo que parecía fácil de detener, pero se le fue de las manos a González y llegó hasta las redes.
Con los cartones igualados, el duelo tomó más intensidad. Los Rayados buscaban reparar el yerro de haber dejado escapar la trascendental ventaja, mientras los Tigres aprovecharon el descontrol momentáneo del rival y cinco minutos después dieron la voltereta en el marcador.
Con un remate de cabeza, Meza apagó la verbena que habían encendido los aficionados rayados. El zaguero dio el segundo tanto a los felinos al mandar el esférico al arco luego de un tiro de esquina, mientras González no atinó a desviar el balón, que pasó cerca de él.
Mientras los seguidores locales estaban congelados por la inesperada remontada, en la cancha se calentó el duelo. Si en los primeros minutos ambos equipos habían desplegado un juego intenso, el complemento se vivió con más vehemencia.
Ahora los Rayados estaban contra las cuerdas y debían recurrir a todas sus armas para no ser víctima del experimentado Tuca. Apenas comenzó a rodar el balón en el segundo tiempo y los locales pelearon el empate.
Pabón quedó cerca de anotar al cobrar con potencia un tiro libre que pasó a centímetros del poste derecho. La afición ya cantaba el gol, pero tuvo que reprimir el festejo con un adolorido suspiro.
Los Rayados presionaron y, después de una serie de pases en el área, César Montes rescató el esférico y disparó, pero el gol se le negó por mala dirección. Los jugadores de Monterrey sentían la soga en el cuello y hasta intentaron conseguir un penal tras una supuesta falta de Meza.
Tigres sufrió la baja de Enner Valencia, quien salió lesionado al minuto 75 e Ismael Sosa lo relevó en la cancha.
Momento clave
En un duelo tan apasionante no faltó la polémica y al minuto 81 la tensión llegó a su punto máximo, cuando el silbante marcó un penal en favor de Tigres por una patada de Gignac sobre Jorge Benítez.
El Monterrey tenía la mesa puesta para sacar el empate y forzar a tiempo extra, así que recurrió a su goleador Avilés Hurtado. El delantero colombiano no pudo controlar la presión desde los 11 pasos y en el momento más importante del torneo falló el disparo al volar el balón muy lejos de la portería.
Los Rayados siguieron en la pelea y en más de una ocasión pusieron a prueba la capacidad de Guzmán bajo los tres palos, pero el arquero se mostró seguro. Nery Cardozo salió expulsado al 90+6, pero ya no importaba, el ganador estaba sentenciado.
Llegó el silbatazo final y los Tigres saltaron al festejo, se llevaron la final regia en el estadio de Monterrey, su acérrimo rival. Jugaron con elegancia y arrojo, salieron campeones y la afición rayada los reconoció con aplausos.
La emoción inundó a cada jugador felino al recibir la medalla que los acreditaba como campeones. Gignac recibió la presea con seriedad para después quitársela del cuello y besarla. Damián Álvarez, conmovido hasta las lágrimas, se encargó de levantar el trofeo como capitán honorífico, ya que se esperaba su retiro de las canchas al término del torneo. Y Tuca regaló otro trofeo a su afición en diciembre.