La Habana.

La película de mi vida, del brasileño Selton Mello, corrió el viernes el telón del 39 Festival de La Habana, una fiesta del cine latinoamericano que homenajeará al estadunidense James Ivory y al brasileño Carlos Diegues.

Basado en la novela Un padre de película, de Antonio Skármeta, el filme de Mello, un laureado actor de telenovelas convertido en director de cine, fue proyectado en la gala de apertura del certamen en el teatro Karl Marx.

El festival, que se extenderá hasta el 18 de diciembre y es el acto cultural más importante de Cuba, rendirá homenaje a Ivory, de 89 años, quien es esperado en la isla, con la proyección de ocho de sus obras, incluidas las multipremiadas Lo que queda del día y Regreso a Howards End.

En tanto, Diegues, de 77 años, miembro del movimiento Cinema Novo y autor de unas 15 películas, como Ganga Zumba, Tieta de Agreste y Bye Bye Brasil, fue galardonado con un Coral de Honor.

La cuarta película de Mello cuenta la historia de Tony Terranova, un joven brasileño que regresa a su pueblo luego de graduarse en la universidad, quien descubre que su padre francés se ha marchado para siempre.

Según la sinopsis que publicó el Diario del Festival, una serie de acontecimientos llevarán al joven a un sorprendente desenlace sobre el paradero de su padre y las verdaderas razones de su partida.

En la disputa por el Premio Coral en largometrajes –el plato fuerte del festival– la cinta de Selton Mello competirá con otras 18 de excelente nivel, augurando una reñida pelea, según el director del certamen, Iván Giroud.

Será un concurso muy fuerte, muy sólido, declaró Giroud a la televisión local.

Se exhibirán 308 filmes latinoamericanos, incluidos los 94 que optarán por los premios Coral en las categorías de largometrajes, cortometrajes, óperas primas, documentales y dibujos animados.

Entre los largometrajes destacan los argentinos Zama, de Lucrecia Martel, que representará a su país en los próximos premios Óscar de la Academia de Hollywood y los Goya de España, así como Alanis, que le valió a Anahí Berneri el premio a mejor director en el Festival de San Sebastián en septiembre.