Mikel Arriola se embarcó ayer en una aventura que, dijo, le hace mucha ilusión. Así se expresó el chilango consumado de 42 años frente a integrantes de la cúpula nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quienes lo recibieron con el máximo de formalidad para aceptar la solicitud a la precandidatura de este partido a la jefatura de gobierno de Ciudad de México.

En el atiborrado salón Alfonso Reyes de la sede nacional del tricolor ya lo esperaban también algunas fuerzas vivas para conocerlo y lanzarle las primeras porras ¡Mikel, Mikel!, arengaban dos señoras de la delegación Cuauhtémoc llevadas por un diputado local a esta sesión de la Comisión Política Permanente, integrada por un centenar de dirigentes priístas.

Tomé esta decisión, dijo Arriola, porque soy un chilango consumado de 42 años, porque me hace mucha ilusión que un priísta pueda aspirar a la jefatura del gobierno de Ciudad de México.

¿Por qué estoy tomando esta aventura? Porque a partir de mi formación como servidor público, como deportista, he aprendido a enfrentar retos.

El ex funcionario –y campeón nacional y subcampeón mundial de jai alai– no es miembro del PRI, igual que José Antonio Meade, virtual candidato presidencial del priísmo. Y de la misma forma prometió ganar en 2018.

Arriola prometió: mi partido, en la casa de mi partido, expresó, aunque no es afiliado sino simpatizante, sumar a todos al proyecto. Y, como avance de lo que será su oferta para levantar al tricolor en la capital del país, hizo alusión a los números negros de las finanzas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), alcanzados en su gestión en el instituto, y a la reducción de costos de las medicinas.

En su nueva tarea, como virtual abanderado de un partido que se ubica en tercer lugar de las preferencias electorales en la capital, prometió una campaña efectiva, de modernización burocrática y de solución para el tráfico chilango. Vamos a ganar en 2018 en Ciudad de México y con Pepe Meade.

Al final, después de los saludos y abrazos de las fuerzas vivas, un reportero le preguntó acerca del comentario del secretario de Desarrollo Económico del gobierno de Mancera, Salomón Chertorivski, en el sentido de que le regalaría el libro 52 fines de semana en la Ciudad de México para que conozca la capital.

Arriola respondió con una sonrisa: le mando un gran abrazo a Salomón, mi jefe en la Secretaría de Salud, fue, es, subrayo, es mi amigo y también él se ha desbordado en entusiasmo por lo que yo estoy haciendo por el PRI; espero que el también lo pueda hacer por otra expresión política.