Siete artesanos procedentes de Chiapas, Veracruz, Michoacán, Jalisco, Chihuahua y estado de México recibieron el miércoles el Premio Nacional de la Cerámica 2017 por su importante trabajo de difusión de la alfarería mexicana.

La entrega del galardón, en la sede de la Secretaría de Cultura federal, fue presidida por María Cristina García Cepeda, titular de esa dependencia.

Este reconocimiento debió entregarse hace unos meses. Sin embargo, a raíz de los recientes sismos tuvo que reprogramarse. Me da mucho orgullo reconocer el trabajo de mujeres y hombres, herederos del artesanado milenario que es realmente la síntesis de nuestra identidad cultural, apuntó.

“Octavio Paz resume el trabajo del alfarero mexicano: Entre los pétalos de la arcilla, nace sonriente la flor humana –parafraseó–. Y es cierto, ahí está plasmado lo que somos los seres humanos mediante esta labor artesanal.”

Quehacer con mucha pasión, paciencia y delicadeza

Los galardonados son Jerónimo Morquecho Bonilla (San Cristóbal de Las Casas, Chiapas) en la categoría Cerámica contemporánea, con la obra Abstracto. Marcos Martínez Reyes (Capula de Morelia, Michoacán) en el rubro Alfarería tradicional sin plomo, por su obra Tradicional michoacano. José de Jesús Álvarez (Tonalá, Jalisco) en Cerámica tradicional, por Ave Fénix.

En Escultura en cerámica, Perla García (Delicias, Chihuahua), por Cuerpos vontenidos. Carmen Gutiérrez (Naolinco, Veracruz) en Cerámica navideña, por Nacimiento movible; Alejandro Romero (Capula de Morelia), en Figura de arcilla, con su obra Mi familia, y Martín Hernández (Metepec, estado de México), en la categoría de Cerámica en miniatura, por Me tizné.

“En nombre de todos mis compañeros galardonados con este premio –dijo Martín Hernández–, quisiera decir que para nosotros los artesanos este premio es esperado con ansia. Porque la mayoría nos preparamos con mucho tiempo de anticipación. Pensamos la idea, la realizamos y echamos manos a la obra para hacer de ella una pieza única.

“Cada trabajo lo realizamos con mucha pasión, paciencia y delicadeza –añadió–. Trabajar el barro es una actividad muy noble. Con este material se puede contar nuestra historia y la de nuestro pueblo, además de expresar nuestra creatividad.

“Este premio sirve de ejemplo para exhortar a otros artesanos a participar, porque desempeñar este oficio es muy pesado. A veces hay que traer el barro desde muy lejos y luego tamizarlo, cernirlo, amasarlo, moldearlo, modelarlo, tornearlo, hornearlo, decorarlo, bruñirlo, vidrearlo.

A cada obra le brindamos un poquito de nuestro corazón para no dejar morir la tradición, concluyó el alfarero mexiquense.

Recuperan y preservan técnicas y diseños tradicionales

La finalidad del Premio Nacional de la Cerámica consiste en fomentar la recuperación y preservación de las técnicas y diseños tradicionales de la alfarería mexicana, así como estimular la creatividad de los ceramistas para el desarrollo de nuevas propuestas en las cerámicas tradicional y contemporánea.

En ese acto participaron Jorge Gutiérrez, subsecretario de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura; Alberto Lamas, representante del gobierno de Jalisco en la Ciudad de México; María Elena Limón, presidenta municipal de San Pedro Tlaquepaque, y Fernanda Matos Moctezuma, representante del jurado

El galardón consta, en cada una de las categorías, de una presea, un diploma y un estímulo económico de 130 mil pesos. El consejo de premiación lo integran Presidencia de la República, la Secretaría de Cultura federal, el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, los gobiernos de Jalisco y municipal de San Pedro Tlaquepaque.