La puesta en marcha de las reformas para crear el Sistema Nacional Anticorrupción enfrenta un boicot debido a que no se ha nombrado a los funcionarios claves para su operación, denunció la coordinadora de la Red por la Rendición de Cuentas, Lourdes Morales. La falta de designación de los fiscales General de la República, Anticorrupción y de Delitos Electorales y de los 18 magistrados de salas especializadas del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA) evidencian el entrampamiento por motivos políticos.

Durante el primer día de la Semana Anticorrupción, que organiza la Secretaría de la Función Pública, Morales también cuestionó la escasa transparencia en el proceso de designación del nuevo auditor superior de la Federación. Nunca nos dijeron las razones por las que no se religió a (Juan Manuel) Portal, ni se ha querido abrir el procedimiento a mayor participación ciudadana.

Para Morales, los intereses políticos en un año electoral abren el riesgo de que sea una repartición de cargos con criterios políticos, más que técnicos. Citó el ejemplo de la propuesta de 18 magistrados de las salas especializadas del TFJA para revisar casos graves de corrupción, proceso que fue paralizado cuando las organizaciones sociales cuestionaron la poca transparencia en la propuesta presidencial.

El especialista Max Kaiser censuró que haya quienes en el discurso oficial mantengan la idea de que la corrupción en México es un asunto cultural, cuando en realidad la impunidad en los casos de corrupción operan como incentivos para la reincidencia entre la clase política.

Comparó la situación de México con Dinamarca –que en el índice mundial de corrupción tiene los más bajos niveles–, destacando que en ese país no hay espacio para la impunidad y es sancionado no sólo el funcionario que cometió la irregularidad, sino a la red que se benefició.

Kaiser destacó la trascendencia de que los liderazgos políticos envíen mensajes de que la corrupción no tiene gran impacto, porque si desde la cabeza se manda la idea de que no importa que ocurran estos casos, se abre la puerta a la proliferación.

A su vez, Roy Campos, de Consulta Mitofski, señaló que si bien es cierto que los niveles de corrupción en México son elevados y una realidad ineludible, alertó también sobre la potenciación de este fenómeno, que significa su percepción social. Sin tratar de negar la necesidad de su combate, advirtió que se deben atender también los efectos de esa percepción, que puede convertirse en un factor más que alimenta la comisión de conductas ilícitas.

Issa Luna Pla, investigadora de la UNAM, aseveró que en la actualidad no hay duda ya entre los especialistas de que la corrupción tiene origen multifactorial, por lo que ahora la preocupación se orienta en cómo medir la incidencia y dimensionar el fenómeno en México. Está claro que la corrupción abarca muchas vertientes y en todas ellas deben combatirse fundamentalmente lo que se ha detectado como redes de corrupción, a fin de reducir la impunidad que rodea a este fenómeno en México.