Estudiar no es prioridad entre la población originaria de Veracruz, señalan maestros
La educación indígena tiene un rezago de 30 años, admite Sylvia Schmelkes, consejera del INEE
Sábado 2 de diciembre de 2017, p. 12
Tehuipango,Ver.
Analfabetismo, migración y pobreza forman parte de la vida cotidiana de miles de habitantes de los municipios indígenas de Veracruz. Aquí los niños abandonan la escuela para ir a trabajar al campo, a la pizca de café, al corte de caña, a cualquier labor que dé un ingreso a la familia. La escuela no es prioridad; los alumnos se van incluso sin terminar la primaria
, afirma Matea Trinidad, maestra de educación indígena en la sierra de Zongolica, una de las regiones más pobres del país, donde 46 por ciento de la población mayor de 15 años no sabe leer ni escribir.
Enclavadas entre montañas y barrancos cubiertos de bosques, las comunidades de Tehuipango, donde casi la totalidad de sus 26 mil 332 habitantes son hablantes de lengua náhuatl, se ubican también entre las más pobres del país. En estos pueblos no hay hombres. Todos migran a Estados Unidos o ciudades como Orizaba y Xalapa. Las mujeres se quedan como jefas de familia, pero muchas no saben leer ni escribir y no pueden dar ningún apoyo a sus hijos para avanzar en la escuela
, afirma Yoloxóchitl, profesora de primaria indígena de la región.
Hace 20 años, recuerda Matea Trinidad, venir a estos pueblos era hacer un camino a pie de día y medio desde Orizaba. Como maestras indígenas y rurales nos tocó padecer de todo. Las casas tenían techos cubiertos de pencas de magüey, y si se podía, te acondicionaban un cuartito de madera y ahí se daba clase, se vivía y se trabajaban los materiales. La educación indígena siempre ha sido la más olvidada. Incluso ahora no llegan completos los libros en nahuátl, y casi nunca coinciden con la variante dialectal que usan los alumnos
.
Quizá por ello consideran que las Directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes indígenas, emitidas por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en enero pasado, y que por primera vez se presentan de forma directa a profesores indígenas, están bien, pero tienen metas poco realistas. No consideran que acá las comunidades indígenas tienen sus usos y costumbres; aquí la mujer es muy sumisa, tiene hijos a los 13, 14 o 15 años y se queda sola. La inclusión y la equidad no se inician en la escuela, sino en casa, pero aquí las mujeres prácticamente no estudian, son muy pocas las que concluyen la secundaria
, asegura Yoloxóchitl.
Escolaridad indígena, tres décadas de rezago
Sylvia Schmelkes del Valle, ex presidenta del INEE y consejera del organismo, quien ayer encabezó los trabajos del primer Foro de Educación Indígena en el municipio de Tehuipango, a donde acudieron docentes de los municipios de Tequila, Astacinga, Tlaquilpa, Atlahuilco y Texhuacán, reconoció que la población indígena mayor de 15 años en la región tiene un promedio de escolaridad de 4.1 grados, mientras a escala nacional es de 5.7 para los hablantes de una lengua indígena. Advirtió que el analfabetismo es un enorme desafío
para poder mejorar los aprendizajes de niños y adolescentes indígenas.
En entrevista con La Jornada, señaló que la puesta en práctica a escala nacional de las directrices ha tenido avances, y en el caso de la educación indígena la reforma educativa y el nuevo modelo le dan un marco jurídico que permite incluir, entre otros aspectos, contenidos culturales propios que pueden impartirse en la escuela mediante la autonomía curricular
.
Sin embargo, admitió que mientras la población nacional tiene un promedio de escolaridad de casi nueve grados, es decir, con secundaria concluida, en el caso de los habitantes originarios apenas tienen primaria, lo que representa un rezago hasta de 30 años
. Advirtió que si la próxima administración federal no prioriza la agenda de educación indígena seguiremos matando nuestra diversidad cultural, lo que sería terrible para México, pero también el seguir utilizando la educación para reproducir la desigualdad social
.
Jorge Flores Lara, subsecretario de Educación Básica en Veracruz, destacó las desigualdades que enfrentan las escuelas indígenas en la entidad, pues en la sierra de Zongolica 67 por ciento de los planteles no tienen seguridad jurídica, dado que la propiedad del predio donde están edificadas no es de la nación, lo que impide, por norma, que reciban apoyos estatales o federales. A ello se suma que 90 por ciento de los 1.4 millones de veracruzanos en pobreza sean indígenas.