Guadalajara, Jal.

La novela Linda 67, de Fernando del Paso, nació como un reto que el autor se impuso luego de que su gran amigo Álvaro Mutis le dijo que para ser escritor del género policiaco era necesaria una vocación especial.

Al presentar una redición de esa obra en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Del Paso explicó que la advertencia de Mutis, pero también la avidez con que leyó la colección Séptimo Círculo –impulsada por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares para reivindicar el género negro–, lo motivaron a publicar en 1997 la que hoy clasifica como un thriller.

Álvaro Mutis falleció antes de que yo supiera si había leído o no el libro. Gracias, Álvaro, por tu consejo, dijo Del Paso, con los ojos dirigidos al cielo y abrazando el recuerdo de su amigo por 40 años.

Del Paso, Premio Cervantes de Literatura 2015, recordó que se tomó muy en serio escribir la novela y que por ello se mudó a San Francisco, California, donde fue ambientada y en la cual caminé y manejé no sólo la ciudad, sino sus alrededores muchas veces.

Recordatorio de un crimen de punzante cotidianidad

La presentación del libro, reditado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), la hizo el escritor Martín Solares, quien describió a Linda 67 como una hamburguesa de langosta con una flor.

Si se compara “con José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio, volúmenes que son la gran trilogía de Del Paso, Linda 67 rompe los esquemas de la novela policiaca convencional. Es una obra en la que el amor y la muerte se toman de la mano para jugar a las vencidas”, explicó Solares.

El forense Roberto Coria, también invitado a la presentación, afirmó que la novela es un recordatorio de un crimen de punzante cotidianidad, como el feminicidio, y fue tan bien planeada y ejecutada la obra que evidencia que todo artista es un criminal en potencia.