La inclusión del sector energético en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podrá ayudar a reducir el déficit comercial del que se queja el gobierno de Estados Unidos, pero sigue sin definirse si formará parte de un capítulo adicional o se abordará de manera transversal, indicó el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal.

Del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM), cuya renegociación se pretendía concluir antes de acabar el año, Guajardo mencionó que todavía falta una ronda más de trabajo y el 18 de diciembre habrá una reunión ministerial, pero destacó que hay voluntad de las partes y condiciones para cerrar.

Sobre si el TLCUEM representa parte del plan b al que alude el gobierno de México en caso de que no se concrete la modernización del TLCAN, pero refirió que la diversificación comercial ha sido un eje rector de la política del presidente Enrique Peña Nieto desde que comenzó su gestión.

En cuanto al sector energético que formará parte del TLCAN, sostuvo que el tema de las nuevas realidades energéticas a favor de América del Norte van a estar reflejadas en un nuevo tratado, sea transversalmente o en un capítulo adicional, pero va a estar plasmado no sólo el esquema de la reforma energética mexicana, sino también los nuevos hallazgos y potencialidades en materia de gas y petróleo de lutita. Sin duda, es parte de esta mayor integración que se busca en el mercado energético norteamericano.

Aspirantes deben presentar plan b

Cuestionado si tal tema servirá como estrategia de México para que Estados Unidos reduzca su déficit comercial, respondió: La verdad es que el comercio energético está reflejado actualmente. Todas las importaciones que México hace de gas están reflejadas en la balanza comercial. Lo que es interesante es ver la dinámica de una mayor integración en el caso de gasolinas refinadas, en la nueva apertura que México tiene en las importaciones y que, sin duda, se verá reflejado en el tema del balance comercial.

–¿Ayudará eso a bajar el déficit (estadunidense)?

–Tendría un impacto, debido a que México es deficitario en gasolinas y petróleos ligeros –puntualizó el secretario, entrevistado luego de inaugurar el 16 Encuentro Nacional de Microfinanzas.

No obstante, admitió que aún no se presenta una propuesta o contrapropuesta sobre el tema. Hay una serie de elementos a incluir, la decisión que se tiene que tomar es si el tema es transversal o consolidado en un solo capítulo, reiteró.

Tampoco se ha determinado cuántas rondas más habrá para la renegociación del TLCAN porque aunque cuando comenzó el proceso, Estados Unidos, México y Canadá acordaron que serían siete, a realizarse antes de que concluyera 2017, cuando en octubre acordaron modificar el calendario y ampliar las conversaciones hasta el primer trimestre de 2018 no fijaron el número de encuentros.

El secretario diferenció ahora las rondas ministeriales de las reuniones que sólo se llevan a cabo entre los equipos técnicos.

Mientras el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) mantiene su optimismo para lograr un nuevo TLCAN, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo consideró que si se alarga el proceso, los candidatos a la presidencia de México deben presentar propuestas de plan b en caso de que termine el pacto.

Al ser entrevistado luego de ser relecto por un tercer y último periodo como líder del organismo cúpula, Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, comentó que Estados Unidos no ha avanzado en el cierre de algunos capítulos como telecomunicaciones, debido a factores que frenan el proceso, como su reforma fiscal.

Mencionó que si bien se esperaba que en este quinto encuentro se cerraran varios capítulos, aún mantienen la confianza en el diálogo entre los tres socios comerciales. Nos gustaría ver voluntad mayor para cerrarlos en Estados Unidos, dijo el líder empresarial, quien luego agregó que si hay confianza, nos gustaría mayor celeridad.

Castañón rechazó la propuesta estadunidense de terminar el acuerdo en cinco años y respaldó la propuesta mexicana de evaluación.