El representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, condenó el asesinato del ombudsman de Baja California Sur, Silvestre de la Toba Camacho, y de su hijo, lo que calificó como un hecho sin precedentes.

Demandó a las autoridades que el caso sea atendido con la debida diligencia y lamentó que otros titulares de organismos públicos de derechos humanos han sido objeto de amenazas.

En un mensaje difundido en las redes sociales de la Oficina del Alto Comisionado en México, Jarab expresó su más enérgica condena por el asesinato de Silvestre de la Toba, quien se desempeñaba como presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California Sur. Este trágico hecho sin precedentes debe ser atendido con la debida diligencia por las autoridades correspondientes.

Subrayó que los funcionarios que trabajan en órganos autónomos de derechos humanos en el país, también son defensores de esas garantías y requieren protección especial por lo sensible de su trabajo.

Ofensa mayúscula para la sociedad: UNAM

De la Toba Camacho y su hijo, Fernando de la Toba, perdieron la vida luego de que el lunes varios sujetos abordo de un vehículo interceptaran y balearan el auto en el que el ombudsman viajaba con su familia, en una colonia de La Paz, Baja California Sur. Su esposa e hija resultaron gravemente heridas, aunque la noche del martes ya se reportaban fuera de peligro.

Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México, enfatizó que el asesinato de De la Toba es una profunda tragedia para sus familiares y amigos, y una ofensa mayúscula para la sociedad.