Buenos Aires.

A siete días de la desaparición del submarino argentino ARA San Juan, la Armada anunció este miércoles la detección de un nuevo indicio o ruido que podría estar vinculado con el sumergible y se trabaja a contarreloj para corroborarlo mediante distintos sensores, mientras aumenta la cantidad de buques y aviones que intervienen en la operación.

El presidente ruso, Vladimir Putin, se comunicó con su par argentino, Mauricio Macri, para ofrecer ayuda, y acordaron que sus áreas militares se mantengan en contacto. El jefe del Kremlin externó su apoyo y ofreció asistencia adecuada en las operaciones de búsqueda y rescate, informó Russia Today.

El vocero de la Armada argentina, capitán Enrique Balbi, calificó el nuevo indicio de anomalía hidroacústica, y agregó que fue escuchado unas 30 millas al norte de la zona donde se registró el último contacto con el submarino, que lleva 44 marinos a bordo.

El tema desató controversia tanto en la Marina como con el Ministerio de Defensa y el propio gobierno; los familiares reclamaron a Macri por la falta de atención en la reparación de los submarinos y la demora en la aplicación del protocolo de búsqueda. Están jugando con la vida de la gente, acusó la esposa de un tripulante.

Claudio Rodríguez, hermano del jefe de máquinas, cuestionó el accionar del Ejecutivo y las versiones cruzadas entre la Defensa y la Armada. Nos extraña sobremanera que no lo estén ubicando, es imposible que a estas alturas no sepan dónde está, declaró a la radio FM Cielo.

¿Cómo se le va a perder un submarino de 60 metros a la Armada? Eso nos llama la atención. En Malvinas nos hundieron un sumergible, pero estábamos en guerra y sabíamos dónde estaba; es muy raro lo que está pasando, sostuvo. La Armada dice que no, sus ministros dicen que sí, comuníquense entre ustedes antes hacer declaraciones públicas. Es una irresponsabilidad tremenda lo que están haciendo, señaló.

En tanto, el buque de bandera noruega Sophie Siem se apresta a zarpar llevando un minisubmarino de la Marina de Estados Unidos, robots dirigidos a control remoto y cámaras hiperbáricas para hacer el traspaso bajo presión de los submarinistas argentinos y campanas para evacuación bajo el agua.

La búsqueda se concentra en un área de 20 kilómetros cuadrados, a unos 360 kilómetros de la Península de Valdés, donde el martes se reportaron ruidos que en principio se descartó que fueran del submarino.

El martes zarpó de Comodoro Rivadavia el buque Skandi Patagonia, también noruego, contratado por la Marina de Estados Unidos, con equipos de última generación hacia la zona de búsqueda del San Juan, que puede trabajar hasta los mil 200 metros por debajo de la línea de flotación.

Este miércoles se trabajó con buen tiempo; ya hay unos 30 buques en la zona y aviones que sobrevuelan todo el tiempo, aunque se teme que este jueves y viernes se registren fuertes vientos nuevamente.

También en esas horas se escuchó la voz de los trabajadores de fábricas militares del país que denunciaron ante la Cámara de Diputados la falta de inversión en este año en el sector y la aguda situación que atraviesa la fábrica Tandanor, encargada del mantenimiento de los submarinos.

Los submarinos necesitan reparaciones anuales e inversión en la capacitación de los que van a bordo. Seguramente van a criticar a la empresa, pero no van a hablar de la falta del financiamiento, señaló Fernando Mercado, empleado de Fabricaciones Militares de Río Tercero, en diálogo con La Política Online.