El ex vicepresidente Mnangagwa asumirá el gobierno hoy por un periodo de 90 días
Llegó al poder en 1980, tras ser uno de los líderes de la independencia del país africano
Miércoles 22 de noviembre de 2017, p. 29
Harare.
Robert Mugabe, de 93 años, renunció este martes a la presidencia de Zimbabue después de casi cuatro décadas en el poder, noticia que la población de este país africano recibió con júbilo tras una agitada semana en la que el ahora ex gobernante fue puesto en prisión domiciliaria tras un golpe de Estado militar.
Yo, Robert Mugabe entrego formalmente mi dimisión como presidente de la República de Zimbabue con efecto inmediato
, leyó Jacob Mudenda, jefe del Parlamento, mientras se desarrollaba la primera sesión especial entre miembros de la Asamblea Nacional y el Senado para iniciar la destitución del ahora ex mandatario por la vía de un juicio político.
Los congresistas guardaron silencio para escuchar con atención a Mudenda, y estallaron en aplausos, vítores y abrazos al conocer la dimisión de Mugabe.
La reacción se extendió a las calles, donde personas de todas las edades recibieron eufóricas la noticia con música, cantos, bailes, saltos y claxonazos mientras ondeaban la bandera del país.
El júbilo entre los jóvenes era especial porque sólo han visto en la presidencia a Mugabe, quien en algún momento dijo que estaría en el poder hasta cumplir cien años de edad. He esperado este día toda mi vida
, represó Gloria Teya, de 25 años. Estoy tan contenta de que se haya ido. Estar 37 años bajo su dictadura no es una broma
, comentó Tinashe Chakanetsa, de 18.
El ex vicepresidente Emmerson Mnangagwa, de 75 años, destituido hace dos semanas por Mugabe, será nombrado presidente interino este miércoles por un lapso de 90 días, explicó Simon Khaya Moyo, vocero del partido oficialista Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (Zanu-PF).
De acuerdo con la Constitución de Zimbabue el actual vicepresidente, Phelekezla Mphoko, debería ser quien asuma el gobierno hasta los resultados de una elección presidencial, pero este derecho le fue negado debido a que respalda a la esposa del ex mandatario, Grace Mugabe, de 52 años.
El ejército, partidario de Mnangagwa, perpetró el golpe de Estado el pasado miércoles, al considerar que con la destitución del ahora ex vicepresidente, Mugabe apuntalaba a su esposa para sucederlo en los comicios de 2018.
El líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, pidió la celebración de elecciones justas y libres cuanto antes.
Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña consideraron la renuncia como una oportunidad
para el pueblo de Zimbabue.
En el transcurso de la mañana Mugabe convocó a su gabinete para pedir su respaldo, pero sólo acudieron unos cuantos ministros. Llevaba una semana aferrado a la presidencia después de que el ejército lo puso bajo arresto domiciliario, el Zanu-PF lo conminó a renunciar como presidente y secretario de esta organización política y el sábado se celebró una gran manifestación en el país para exigir su renuncia.
Mugabe gobernó Zimbabue desde que logró la independencia en 1980 de la entonces llamada Rhodesia, una de las colonias británicas. Intelectual dotado de una retórica brillante que siempre vestía de forma elegante, sorprendió inicialmente a amigos y enemigos con una política encaminada a la reconciliación entre blancos y negros. La economía creció y su gobierno hizo exitosas inversiones en los sistemas de salud pública y educación.
El índice de analfabetismo bajó rápidamente. Mugabe creó un ambiente, que se ha preservado hasta el día de hoy, en el que se considera prioridad asegurar una buena educación a todas las familias. Con esta política, muchos veían en Mugabe el arquetipo de un jefe de gobierno africano exitoso y moderno.
Sin embargo, también mostró su autoritarismo. Miembro de la etnia dominante shona, recurrió al ejército para reprimir a la minoría ndebele. Miles de miembros de esta etnia fueron asesinados entre 1982 y 1987 en la región de Matabelelandia.
Amnistía Internacional destacó que decenas de miles de personas fueron torturadas durante el gobierno de Mugabe, muchos opositores desaparecieron o fueron asesinados.