Pide poeta leer para restituir el tejido social
Miércoles 22 de noviembre de 2017, p. 4
La literatura para niños y jóvenes comienza a romper su estigma en México de que es un género menor, afirma la poeta María Baranda (Ciudad de México, 1962), quien concluye su año de gestión de embajadora de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij).
Ahora la literatura infantil y juvenil tiene mayor reconocimiento y se le da un mejor lugar, porque siempre se le minimizaba. Hasta hace no mucho, a quienes nos dedicamos a escribir para ese público, se nos veía como autores que no le escribíamos al gran público
, explica en entrevista con La Jornada.
“Sin embargo, tener la figura simbólica de embajador en esta feria y todos los esfuerzos dirigidos a promover la lectura desde edades muy tempranas están dando fruto. Los mismos gobernantes reconocen su importancia; saben que leer un libro puede cambiar a la persona, hacerla, por ejemplo, menos agresiva en un país que se nos cae a pedazos.
¿Cómo resarcir nuestro tejido social?, es hoy una de las grandes preguntas; una manera de hacerlo es desde la cultura, y por supuesto, mediante la lectura.
María Baranda –quien presentó en la Filij su libro ¿Quién necesita amigos? (editorial SM), con ilustraciones de Valeria Gallo– se dice contenta y satisfecha por su distinción de embajadora de esa feria y el trabajo desarrollado a lo largo de un año, que en particular se enfocó a dar cursos de preparación para promotores de lectura infantil, sobre todo en poesía, género que en esta vertiente, sostiene, es dejado un poco de lado.
Añade: “La designación de embajador se creó en 2014 para dignificar la literatura infantil y juvenil en México, darle un lugar de importancia. Es un cargo con el que viajé, visité muchas escuelas y formé a muchos bibliotecarios, padres, editores, respecto de qué es la poesía y cómo un niño debe recibir un poema, cómo otorgarles a los niños un poema.
en un país que se nos cae a pedazos. Sobre estas líneas, una de las ilustraciones de Valeria Gallo incluida en el libro ¿Quién necesita amigos?, de Baranda, que fue presentado en esa feria editorial
Concluyo mi año, que fue extraordinario; conocí mucha gente, me hice también varias preguntas de hacia dónde seguir, qué hacer, cómo acercarme más sobre todo a los jóvenes, que es un sector que me preocupa bastante. Y, bueno, ha sido pura felicidad, con un excelente equipo de trabajo, no tengo más que agradecer todo lo que ha sido. Algo muy importante de este año es que llegué a una conclusión: los verdaderos embajadores en la literatura infantil y juvenil son los niños y los jóvenes.
Reconocida como una de las poetas mexicanas más importantes, María Baranda cuenta que su incursión en la literatura infantil se dio de forma casi paralela a sus inicios en la poesía, en los años 80 del siglo pasado.
“En 1987 publiqué mi primer cuento, Joaquín y Maclovia se quieren casar, y 10 años después retomé la literatura para niños; regresé a ella por mis hijos. Desde entonces no he dejado de hacerlo. Es un lugar donde se abreva en la satisfacción y en el cumplimiento, también como autora, de tener una responsabilidad con los más pequeños. Es importante que los escritores formemos lectores, es una responsabilidad nuestra.”
Compaginar su labor poética con la literatura infantil no ha sido problema; ante todo, se ve y se asume como poeta, disciplina en la que, dice, está su raíz, su esencia.
Hay poemas a los cuales los niños pueden entrar y otros en los que no es tan sencillo, pero es muy importante que la poesía se reciba en la infancia. Es una manera de conectar nuestras emociones y pensamiento; da otra perspectiva para enfrentar los problemas y la realidad propia.