Exhibe encuadernados a manera de esculturas con formas de túnel, bandera, estrella...
Lunes 13 de noviembre de 2017, p. 7
Escenas de violencia intrafamiliar tratadas con humor negro, metamorfosis antropozoomórficas, múltiples representaciones o interposiciones del tiempo, así como la aglomeración de transeúntes en paisajes urbanos de la Ciudad de México, son algunos de los ejes temáticos que aborda la artista Elsa Madrigal Bulnes (Ciudad de México, 1971) en los 18 libros que presenta en su exposición Travesía(s).
Se trata de una retrospectiva de su quehacer profesional, enfocado en la creación de libros objeto y libros de artista, que sobre todo muestran el deleite que encuentra en la elaboración de muy diversos artefactos que amplían de manera considerable el concepto de libro.
En la muestra, que se presenta en el Centro Cultural del México Contemporáneo, Madrigal propone al espectador un recorrido individual (travesía) o bien colectivo (travesías), donde pueden converger puntos geográficos y temporales. Por ejemplo, en varias piezas hay un diálogo entre personajes antiguos extraídos de fotos familiares o de dibujos infantiles, con personajes del presente, para sugerirnos diferentes historias, casi todas ellas obras abiertas que propician la interacción con el público y, por tanto, derivan en finales o epílogos insospechados
, explica.
Desde que inició su carrera en el arte, en 1995, hasta la fecha, Elsa Madrigal –maestra en Artes Visuales por la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México–, ha concebido la confección de libros como una plataforma de creación, sobre todo para experimentar en ellos y mediante ellos diversas técnicas de grabado, dibujo, intervención fotográfica, encuadernación e ingeniería en papel (pop-up).
“La mayor parte son libros cuyos formatos se acercan más a lo escultórico y que, por sus grandes dimensiones, enfatizan su presencia objetual en el espacio. Así, por ejemplo, la pieza Matarilerilerón es, al mismo tiempo, una cuna de dimensiones reales, y Metro, una caja-vagón de casi un metro cúbico de espesor”, añade.
Otros formatos con los que trabaja Madrigal son: libro-bandera, libro-túnel, libro-estrella o libros con encuadernación tipo copta (en la que el lomo queda desnudo, dejando descubierto el cosido). La mayoría de los ejemplares son únicos e irrepetibles al ser intervenidos con dibujos, caligrafía, o pegotes de otros dibujos o recortes de papel.
Incluye grabados en linóleo y técnicas calcográficas, como punta seca, aguafuerte, aguatinta y azúcar, aplicados sobre placas de zinc, cobre y lámina negra. Algunos pasajes provienen de grabados originales que han sido escaneados e impresos digitalmente.
Las páginas o portadas también son intervenidas con dibujos originales trazados con tinta china y en otras destaca el collage elaborado con dibujos, muñecas de cartón, bordados, radiografías o fotografías antiguas, reimpresas o tomadas a modo.
Las técnicas del pop-up (libros que saltan, emergen o brotan) e ingeniería en papel se desarrollan sobre todo en la obra reciente de Madrigal, en la que combina las técnicas japonesas del origami (doblado de papel) con el kirigami (cortado del papel), y aprovecha para crear imágenes tridimensionales.
Teatrinos, pequeñas ciudades o breves universos móviles y desplegables invitan al público a transformarse en un viajero de esos mundos de papel, o en personajes activos de cada uno de los 18 libros, 18 travesías en las que confluyen también las historias personales de cada espectador
, reitera la artista.
Travesía(s) se inauguró el jueves pasado en el Centro Cultural del México Contemporáneo (Leandro Valle 20, Plaza de Santo Domingo, Centro Histórico, Ciudad de México). Per- manecerá abierta hasta el 30 de noviembre.