En lo que va del año, un total de 49 personas que por diferentes motivos y tiempo indeterminado vivieron en situación de calle en la Ciudad de México, han recibido cobijo en Hogar CDMX, albergue habilitado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), donde son apoyadas en la última etapa de su proceso de reinserción social.

Adriana Jiménez, responsable de la coordinación de Operación y Seguimiento del Instituto de Asistencia e Integración Social (Iasis), detalló que 13 de ellas –siete hombres y seis mujeres– egresaron con las herramientas necesarias para que la calle no sea un lugar adonde vuelvan más.

Otra generación está por concluir su estancia. En ella está Julián Ramírez Sabater, quien sólo espera que la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo le defina los apoyos para abrir un negocio: una papelería, una lavandería o una tortillería, junto con otros compañeros, y poder rentar su propio cuarto.

De 45 años, relató que en cuestión de días su vida dio un vuelco inesperado: perdió a su pareja, enfermó y lo corrieron de su empleo. Durante un mes deambuló por las calles de la ciudad hasta que pidió apoyo en el Iasis.

Lo que más me preocupaba era mi salud; tenía anemia y pesaba 30 kilos, tuve desprendimiento de retina en un ojo, pero ahí me ayudaron para que me operaran y recuperarme; ya estoy estable, expresó en una de las habitaciones del que hasta hace unos años era el hotel Buenavista, expropiado tras ser utilizado para la trata de personas.

En el albergue, ubicado en la colonia Guerrero, se encuentra también Francisco Muñoz Romero, quien contó que de chamaco, a los 10 años, se fue de su casa, y ya en la calle se enroló en las drogas y el alcohol, hasta que “alguien me hizo el paro y vine a dar aquí.

Empecé a hacer pulseras, que son las que puedo vender, para dedicarme al comercio. Me siento con fuerzas para poder salir y echarle ganas. Ya pasé muchas cosas, tengo fuerza de voluntad para decir: ya no, expuso, y señaló que gracias a Dios cuenta con su mamá y su hermana, que si me quieren, me fueron a ver al hospital cuando me operaron de una hernia.

Jiménez explicó que primero se trabaja en restituir el estado físico y emocional de las personas, y ya encarrerados empezamos con su plan de vida. Establecemos metas y vamos descubriendo qué habilidades tienen, para que inicien actividades productivas, para su vida independiente.

Como ensayo de lo que sería esa nueva etapa, en Hogar CDMX se les cobra una renta simbólica de 300 pesos al mes y de los tres alimentos diarios, se deben hacer responsables de su cena.

El modelo está diseñado para mayores de 18 años, sean hombres o mujeres, y ha comenzado a dar los primeros resultados. Quizá no es muy metódico con los tiempos, pero tenemos la obligación de atenderlos conforme a sus necesidades y no los presionamos si no están listos, expuso.