a semana pasada ocurrieron dos sucesos muy importantes, que destacaron por su trascendencia internacional y su impacto en las relaciones políticas y laborales que seguramente viviremos en los próximos años. Por un lado, la reunión del comité directivo de Workers Uniting (WU), organismo global integrado por los sindicatos más importantes de Inglaterra, Estados Unidos, Irlanda, Canadá y México. Por el otro, el encuentro personal y directo con Jeremy Corbyn, el líder del Partido Laborista de Inglaterra, con todos los comentarios sobre sus planes y programas de la campaña política para posicionarse como la mejor opción para ganar las próximas elecciones y poner al Partido Laborista a la cabeza del gobierno inglés.
Tuve la oportunidad de estar presente y participar activamente en la reunión de WU, y los resultados y esperanzas de cambio en favor de los derechos laborales y humanos se enriquecieron con las opiniones, ideas y propuestas de cada uno de los líderes que también asistieron.
Workers Uniting, que se puede traducir como Trabajadores Unificándose, es un grupo que surgió hace casi ocho años con la visión progresista compartida de los dirigentes de cinco países que comenzaron a revisar las luchas políticas de la clase trabajadora a lo largo de más de 150 años. El principio de solidaridad partió de la base de que todos los trabajadores tenemos o debemos tener un lugar común dentro del sistema económico, una serie de valores colectivos y un futuro general de esperanza para construir un mayor bienestar, sin importar los temas de género, identificación sexual, raza o etnia, de lenguaje y origen nacional, edad o incapacidad.
Workers Uniting es una agrupación consciente de la situación política que el mundo enfrenta y desde que nació ha rechazado los argumentos de la derecha que sistemáticamente busca dividir a la clase trabajadora, negando los valores y el futuro común que a todos nos interesa fortalecer y consolidar. Al mismo tiempo, ese importante grupo de dirigentes rechazamos la filosofía neoliberal de que el mercado por sí solo resolverá todas las divisiones y problemas de la sociedad.
Las políticas de resentimiento e intransigencia de los gobiernos conservadores de Estados Unidos y de Inglaterra aunque están equivocadas, son reales y la fe ciega de las élites políticas de nuestros países sobre el libre comercio y los mercados flexibles han ocasionado un daño terrible a la clase trabajadora. La economía global no reconoce fronteras y las decisiones que se toman en los centros de poder están directamente interconectadas y sabemos que los políticos de México y de otros países, tengan o no este criterio, están fuertemente influidos en sus estrategias para atacar internacionalmente a los miembros del sector laboral.
Las elecciones en Estados Unidos de 2016 y en el Reino Unido respecto al Brexit, implicaron un reacomodo de las fuerzas democráticas y sus aliados en el movimiento sindical y de los jóvenes y mujeres votantes. A pesar de que en EU 16 millones de personas votaron en las elecciones primarias por una plataforma democrática y social como la representada por Bernie Sanders, utilizando un mensaje de que era necesaria una revolución política
, la realidad es que no fue suficiente, ya que Donald Trump utilizó consignas populistas prometiendo recuperar los empleos perdidos y reconstruir a la nación. Al mismo tiempo ha mantenido actitudes hostiles y ofensivas hacia sus vecinos como México y contra otras nacionalidades, lo que en el fondo refleja una política agresiva contra la clase trabajadora que mantiene una conciencia social.
En el caso de Inglaterra, esas mismas estrategias populistas y nacionalistas extremas confundieron y convencieron a un buen número de trabajadores y de la población para rechazar la solidaridad social de Europa y votar por el Brexit o salida de Inglaterra de la Comunidad Económica Europea. Las batallas políticas que siguieron a esa cerrada votación, que ganaron los conservadores, le han ocasionado un daño relativo al Partido Laborista inglés, pero al mismo tiempo le han traído a sus miembros un líder con un conocimiento y experiencia que permite compartir y defender los intereses y valores de la mayoría de la población, como lo es Jeremy Corbyn.
De las conversaciones que tuve con Corbyn la semana pasada pude confirmar que tiene muy claros los problemas por los que están atravesando Inglaterra y los que pudieran surgir cuando se termine, en un año y medio, la negociación completa para salir de la Unión Europea. También está perfectamente consciente de los abusos y violaciones que se cometen internacionalmente contra los derechos laborales y humanos de los trabajadores, y sabe que Workers Uniting está comprometido con la justicia, el respeto y la dignidad de todos, en una estrategia de solidaridad global que igual puede aplicarse en México que en cualquier otro país donde se cometan violaciones a los derechos y principios de los trabajadores y denunciarlos para frenar las injusticias.
Jeremy Corbyn hizo una campaña política fuerte y novedosa que atrajo a muchos jóvenes y mujeres. Elaboró junto con su equipo un manifiesto al que tituló Para la mayoría y no para unos pocos (For the Many. Not the Few). El jueves pasado, durante nuestra reunión me explicó el contenido de su declaración y programa, que yo conocía ya aunque no con tanto detalle como él me lo destacó. Después de intercambiar ideas y sugerencias para el futuro, amablemente me obsequió un ejemplar y me escribió una dedicatoria en español que realza su sensibilidad política, su conocimiento de los problemas, pero, sobre todo, su apoyo, solidaridad y buenos deseos.
El manifiesto que me dedicó Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista de Inglaterra, dice así: Para el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares (de la República Mexicana). Gracias por venir a mi oficina y buena suerte en la lucha por la justicia para los obreros
. Su firma y al final, Londres, 31 de octubre, 2017.