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La medida, luego de que el gobierno dio a conocer una nueva comisión anticorrupción

Arrestan a 11 príncipes de Arabia Saudita y a decenas de ex ministros y empresarios

El heredero al trono Mohamed bin Salman refuerza su poder en el país ultraconservador

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El príncipe heredero Mohamed bin Salman (a la derecha, en imagen de 2012 con su padre, el rey Salman), preside desde ayer una comisión contra la corrupción en Arabia Saudita cuya primera acción fue ordenar decenas de detenciones y destitucionesFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de noviembre de 2017, p. 27

Riad.

Arabia Saudita arrestó a decenas de personas incuidos príncipes, ministros y empresarios como parte de una operación anticorrupción calificada de decisiva por las autoridades, en un momento en que el joven príncipe heredero Mohamed bin Salman continúa reforzando su poder.

El príncipe Alwaleed bin Talal, uno de los hombres más acaudalados del mundo, forma parte de los 11 príncipes detenidos el sábado por la noche, indicaron los medios, justo después de la formación de una nueva comisión anticorrupción presidida por el príncipe heredero, conforme a un decreto real.

Un representante del gobierno al tanto del caso dijo que fueron detenidos 11 príncipes y 38 personas más que se encuentran en hoteles cinco estrellas de Riad, la capital. El funcionario habló con la agencia de noticias Ap con la condición de no dar su nombre porque no está autorizado a brindar información. También hubo reportes de que algunos de los detenidos estaban en el Hotel Ritz-Carlton.

Poco antes, el rey Salman destituyó al príncipe Miteb bin Abdullah, quien comandaba la poderosa Guardia Nacional; al jefe de la Marina, Abdalá Al Sultán, y al ministro de Economía, Adel Fakih, tras anunciar la creación de una nueva comisión anticorrupción.

Algunos reportes indicaban que Miteb estaba entre los detenidos, al igual que su hermano, el príncipe Turki bin Abdullah, quien fue gobernador de Riad. Ambos son hijos del fallecido rey Abdullah, quien gobernó antes que su medio hermano Salman.

Estas detenciones y destituciones ocurren en un momento en que el príncipe Mohamed, de 32 años, hijo del rey Salman, de 81, no deja de consolidar su poder en un contexto de cambios económicos y sociales inéditos en este reino ultraconservador.

Según el canal de televisión vía satélite Al Arabiya, de capital saudita, 11 príncipes, cuatro ministros y decenas de ex ministros fueron detenidos después de que la comisión anticorrupción abrió una investigación sobre las inundaciones que devastaron en 2009 la ciudad de Yeda, a orillas del mar Rojo, a raíz de lluvias torrenciales.

El príncipe Alwaleed bin Talal, dueño de Kingdom Holding Company, tiene inversiones en Twitter, Apple, News Corporation, Citigroup, la cadena de hoteles Four Seasons y el servicio de transporte Lyft. Es, además, accionista mayoritario de la cadena de canales de televisión árabes Rotana Group.

Es conocido también por ser crítico de la situación en Arabia Saudita, particularmente al defender los derechos de las mujeres.

Con estas detenciones, el reino abre una nueva era y una política de transparencia, claridad y responsabilidad, declaró este domingo el ministro de Finanzas, Mohamed Al Yadaan, quien agregó que estas acciones decisivas preservarán el clima para las inversiones y reforzarán la confianza en el estado de derecho.

El Alto Comité de los Ulemas, influyente consejo de clérigos, reaccionó rápidamente afirmando que la lucha contra la corrupción es tan importante como la lucha contra el terrorismo.

La amplitud y la escala de los arrestos parece no tener precedente en la historia saudita moderna, consideró Kristian Ulrichsen, especialista en el Golfo Pérsico del Baker Institute de la Universidad Rice, en Estados Unidos.

La supuesta detención del príncipe Alwaleed bin Talal, si es cierta, causaría conmoción en la comunidad local y en el mundo de los negocios internacionales, advirtió este experto.

A finales de octubre el príncipe heredero prometió durante un foro en Riad una Arabia Saudita moderada, abierta y tolerante, alejada de la imagen de un país árabe considerado durante mucho tiempo como el mayor exportador del wahabismo, una versión rigorista del islam que adoptaron numerosos yihadistas en todo el mundo.

No pasaremos otros 30 años de nuestra vida acomodándonos a ideas extremistas y vamos a destruirlas ahora, aseguró.

En septiembre pasado las autoridades sauditas arrestaron a docenas de personas, entre ellas influyentes clérigos e intelectuales, en una operación que organizaciones de derechos humanos denunciaron como una campaña de represión.

El heredero, que controla sectores estratégicos del gobierno, como la defensa y la economía, se ha proyectado como un reformador liberal en un reino ultraconservador, con decisiones como el cambio de la legislación para permitir que las mujeres puedan conducir un vehículo.

Muchas de sus reformas son consideradas como una forma de marcar el paso y acabar con las disidencias, antes de que haya una transferencia formal del poder por parte de su padre.