Cuernavaca, Mor.

Hasta antes de los sismos del 7 y el 19 de septiembre, a México se le conocía a escala mundial como un país en manos de una violencia terrible, donde hay mucha desigualdad, pero ahora también se sabe que es un país donde hay gran fraternidad y solidaridad, aseguró el nuncio apostólico en México, Franco Coppola.

Acompañado por el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, ofició una misa en la colonia Emiliano Zapata de Jojutla, para quienes se quedaron sin familiares y casa y llevan mes y medio viviendo bajo toldos o en tiendas de campaña, sin servicios y seguridad.

Al iniciar su sermón en este municipio, el más afectado de Morelos, con 27 muertos y 5 mil 370 casas destruidas, señaló que los desastres naturales nos enseñan a reconocer “qué es firme y qué no, pues hay otras cosas más firmes que la tierra, como la solidaridad con tu prójimo y la fe.

Se sabe que es un país católico en su gran mayoría, ¿cómo es posible? Tienen la misma fe y hay esas diferencias y hay esta violencia. Por el temblor, otra imagen se ha fijado en los ojos de los demás: de millares y millares de mexicanos que salieron de sus casas para ayudar, quitar escombros o encontrar algún sobreviviente, señaló el representante del Vaticano en México.

Expresó que aunque haya muchos problemas que mejorar, como la inseguridad y la desigualdad, hay algo sano en el pueblo mexicano, que se ve justamente en los momentos difíciles.

Afirmó que quería oficiar misa en Jojutla, porque a pesar de que fue una de las zonas más devastadas en Morelos, sus habitantes han dado un gran testimonio de solidaridad y de lo que hacen la fe, la esperanza, la caridad y el amor.