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En edificios colapsados, no se cumplieron reglas: expertos

Las actuales normas de construcción no fueron rebasadas por el sismo del 19/S
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de noviembre de 2017, p. 7

Luego de analizar miles de registros sísmicos y practicado diversas pruebas de tipo estructural, no hay indicios de que las especificaciones técnicas del reglamento de construcción de la Ciudad de México hayan sido rebasadas durante el sismo del pasado 19 de septiembre. Por tanto, los edificios construidos en los años recientes no deberían haber sufrido daño estructural.

Esta afirmación forma parte de las conclusiones a las que llegaron tres reconocidos especialistas de los institutos de Geofísica y de Geología, así como de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), todos ligados al Servicio Sismológico Nacional (SSN).

Los expertos Víctor Manuel Cruz Atienza, Shri Khrishna Singh y Mario Ordaz Schroeder señalan que fue la violencia de las sacudidas y la duración del sismo, precisamente en la zona de transición de lo que antes formaba parte de los antiguos lagos de la Ciudad de México –con sedimentos más blandos–, los que provocaron los daños.

No obstante, destacan que independientemente de lo anterior, se sabe que existe un grave problema por falta de cumplimiento de las normas especificadas en el reglamento vigente de construcción, documentado por investigaciones realizadas en la UNAM.

En consecuencia, los daños observados se explican mejor con la falta de observancia de las normas, más que por posibles deficiencias en el reglamento de construcción actual, apuntan.

Además, se explica que dadas las características del sismo, la cercanía del epicentro y los efectos que tuvo en el suelo de este tipo –que magnificó las ondas sísmicas– fueron las que provocaron mayores daños en edificios y estructuras de entre cuatro y siete pisos, casi todas construidas con las especificaciones anteriores al sismo de 1985, cuando no eran tan rigurosas como las actuales.

Sin embargo, advierten que el actual reglamento de construcciones no exige que las edificaciones antiguas sean reforzadas para resistir las fuerzas especificadas en las normas emitidas después de su fecha de construcción.

Es posible, entonces, que en el caso de edificaciones antiguas sí se hayan excedido las fuerzas de diseño con las que fueron proyectadas, concluye el análisis de los especialistas de la UNAM.

Señalan que uno de los ingredientes que usan los ingenieros civiles para calcular las estructuras de los edificios de la Ciudad de México es la aceleración máxima (Amax) del suelo producida por las ondas sísmicas.

Por ejemplo, en 1985, la Amax en Ciudad Universitaria, que se ubica en suelo firme, fue de 30 gal (1gal = 1 cm/s2), mientras que la del 19 de septiembre pasado fue de 57 gal. Es decir, el suelo en la zona cercana a CU experimentó una sacudida dos veces mayor que en 1985.

Pero gran parte de la urbe está edificada sobre sedimentos blandos de los antiguos lagos. Estos sedimentos provocan una enorme amplificación de las ondas sísmicas en la Ciudad de México que, probablemente, sea la más grande reportada en el mundo.

Finalmente, el análisis considera muy probable el registro de un sismo de magnitud superior a 8 en la Ciudad de México, en las costas de Guerrero, donde existe una brecha sísmica y no ha ocurrido un terremoto significativo en más de 60 años.