La celebración se prolongará hoy con el desfile de los campeones
Viernes 3 de noviembre de 2017, p. a11
Houston.
Nunca antes un éxito deportivo ha resonado tanto en Houston como la victoria de los Astros en la Serie Mundial del beisbol de las Grandes Ligas. El triunfo inició una fiesta que hoy se prolongará con el desfile de los campeones en una ciudad muy necesitada, la cual se sigue recuperando de los embates del huracán Harvey.
La conquista de los Astros sobre Dodgers de Los Ángles, que se capitalizó con una victoria 5-1 en el decisivo séptimo partido, hizo recuperar la sonrisa a los habitantes de Houston, que celebraron hasta entrada la madrugada con fuegos artificiales y fiestas en diversos puntos de la ciudad, entre ellos el Minute Maid Park –el estadio del cuadro sideral–, así como en el centro.
El presidente estadunidense Donald Trump felicitó a los nuevos monarcas en su cuenta de Twitter en el que incluyó el video del out final del partido (el 27), cuando Corey Seagey (de Dodgers) entrega un rodado a las manos del segunda base José Altuve y la celebración de los Astros fue particularmente emocionante.
El séptimo juego careció del suspenso y las volteretas de los anteriores. Los Dodgers fueron incapaces de producir a la ofensiva contra unos Astros que se levantaron como su ciudad.
Cuando Harvey azotó Houston a partir del 26 de agosto, los Astros se encontraban de gira. Las impresionantes imágenes de la devastación en la ciudad afectó profundamente a los jugadores. George Springer, el jugador más valioso de la Serie Mundial, no estaba seguro de si su hogar había sobrevivido. Altuve se enteró de que su casa estaba rodeada de agua y su esposa y su hijo recién nacido estaban, si bien a salvo, atrapados sin poder salir.
Iniciaron campañas para recaudar dinero, ayudaron en refugios, colaboraron con sus vecinos, pero también empezaron a darle un sentido de normalidad a Houston. Fue por esos días cuando los Astros empezaron a utilizar un parche en su uniforme que decía Houston Strong (Fuerza Houston) y los peloteros guardaron fotos de la devastación en sus vestidores para inspirarse y como una forma de comprender y recordar que estaban jugando por algo más que una simple victoria o un título de campeones.
La franquicia, fundada en 1962, jamás había ganado siquiera un partido de Serie Mundial, antes de que este grupo de jóvenes, encabezado por Altuve, Springer, (Carlos) Correa, entre otros, diera un golpe de autoridad en la mesa y dejara atrás a unos poderosos Dodgers que eran vistos como los favoritos para imponerse en el Clásico de Otoño.