Londres.

El secretario británico de Defensa, Michael Fallon, renunció este miércoles a su cargo tras surgir acusaciones en su contra de conducta inapropiada de índole sexual. Fallon, quien tocó repetidamente las rodillas de una periodista, reconoció que su comportamiento quizá no haya estado a la altura.

La renuncia de Fallon, de 65 años, quien fue elegido por primera vez al Parlamento en 1983 y ha sido secretario de Defensa desde 2014, fue anunciada por la oficina de la primer ministra Theresa May.

Al aceptar su renuncia, May dijo que apreciaba la forma característicamente seria en la que usted ha sopesado su posición.

En su misiva Fallon admitió que en el pasado sus acciones cayeron por debajo de los altos estándares requeridos para mantener la horabilidad de las fuerzas armadas que el representa.

Un periódico reportó el fin de semana que Fallon tocó repetidas veces la rodilla de Julia Hartley-Brewer, una reportera de radio en una función en 2002. Ella dijo que había hecho caso omiso del incidente, pero los reportes dejan entrever que pronto podrían surgir otras acusaciones contra Fallon.

Todos tenemos que mirar hacia nuestro pasado y siempre habrá cosas de las que nos arrepintamos o que hubiéramos hecho diferente, dijo Fallon mientras explicaba que su salida obedece a que la conducta que hace una década era aceptable, no lo es más.

La primera ministra May dejó en claro que quiere que los trabajadores queden protegidos y que cualquier alegato de una conducta inapropiada sea investigada, de ahora en adelante este código debe aplicarse a todos nosotros, pero afirmó que no emprenderá una investigación de su gabinete por este asunto.

Cuestionado sobre si esperaba nuevas acusaciones en su contra, Fallon respondió que lo que podría haber sido aceptable hace 15 o 10 años ya no lo es hoy en día. Añadió que el Parlamento tiene que ser autocrítico y la primera ministra ha dejado claro que las conductas tienen que mejorar, y que necesitamos proteger a los trabajadores en Westminster contra el acoso sexual.

La medida envia un claro mensaje al Parlamento cuyas quejas de acoso sexual este miércoles incluyen a dos trabajadores (un hombre y una mujer), quienes afirman haber sido tocados sin su consentimiento en la entrepierna por diferentes políticos. Otra mujer se quejó de que en uno de los bares del parlamento su bebida fue contaminada con una droga utilizada para facilitar un ataque sexual en su contra.