Como un suspiro de vida, o de viento, cuando se apaga una vela y el humo se va, así está concebida la puesta en escena de Cuando la Luna hace ruido, coproducción México-Colombia, con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Esa obra, cuyo texto original es del mexicano Alejandro Román Bahena, en una versión del director colombiano Deiler Arzuaga, se estrenará este viernes en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Tal poema escénico nació de una residencia de tres meses que la actriz Jessica Esther Moreno, del grupo mexicano Gitanos Teatro, desarrolló en Valledupar, Colombia, con Maderos Teatro, compañía que dirige Arzuaga.

Como Gitanos Teatro tenía en la mira hacer algo con Alejandro Román, los tres colectivos nos juntamos en Colombia para realizar un estudio socio-cultural del tema que nos importaba: la violencia que vincula a ambos países, detalla Moreno.

Con base en el texto dramático escrito por Román se hizo el montaje a cargo de Arzuaga, con actores de ambas compañías.

Alejandro Román, también en entrevista con La Jornada, explica que se trata de tender un puente entre las dificultades de México y Colombia. Encontramos muchas similitudes con el problema que azotó durante décadas algunas partes del país sudamericano, sobre todo en el departamento de César, de donde es originario Dieler. Al informarme descubrí que había semejanzas con los altos de Guerrero, añade el dramaturgo, cuyas obras son de teatro documental, basadas en notas periodísticas o en testimonios, como Cuando la Luna hace ruido.

Entre los temas detectados en Colombia, que hacen espejo con nuestra realidad, están los feminicidios, sostiene Román. También se consideró la presencia de la tercera raíz tanto del Caribe colombiano como de Guerrero. Otro elemento que une a ambos territorios es la música, el vallenato en esta región de Colombia, y el son calentano de la zona de tierra caliente guerrerense y michoacana.

Una vez que el texto dramático estuvo listo, en el laboratorio de creación surgió la idea de intervenirlo con la finalidad de hacer una rescritura mexicano-colombiana. Por ejemplo, vimos versos en los textos de Román, entonces varios de ellos aparecieron como canciones en la obra a modo de un coro, apunta Arzuaga. Para el director se trata de una obra mística y muy valiente por la forma en que fue lograda.

Explica que el título alude a esa Luna que siempre está en silencio, pero que a veces cuenta muchas cosas cuando está llena o menguante.

Jessica Esther Moreno hace el papel de Ernestina, quien dejó su hogar en Colombia tras la muerte del padre y el abuelo, y se refugia con amigos del primero en Guerrero, estado que también enfrenta problemas de narcotráfico y paramilitarismo.

Cuando la Luna hace ruido tendrá funciones del 3 al 5 en el Foro de las Artes. La entrada es libre. El día 9, a las 19 horas, se escenificará en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México. El 11 y el 12, en el Centro Cultural Emiliano Zapata, en Ecatepec.