as autoridades hacendarias y los legisladores han dejado clara la vinculación entre los huracanes y los sismos que recientemente han afectado a nuestro país, con el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2018; es por esta razón que cobra especial relieve lo que los investigadores del área de las geociencias tienen que decir sobre estos temas, pues han jugado un papel central antes, durante y después de los desastres recientes que cobraron la vida de cientos de personas y han provocado cuantiosas pérdidas materiales en distintas regiones de la geografía nacional.

En un comunicado elaborado durante la reunión anual que concluyó el viernes pasado en Puerto Vallarta, Jalisco, los investigadores agrupados en la Unión Geofísica Mexicana señalan: Los sismos que ocurrieron en septiembre y los desastres ocasionados por otros fenómenos naturales son un llamado de atención a que el país debe invertir en investigación, en el fortalecimiento de sus servicios nacionales y la formación de recursos humanos. La resiliencia del país ante estos fenómenos naturales (su capacidad para reaccionar con efectividad y rapidez a los efectos de los desastres) solamente se incrementa mediante la investigación, el fortalecimiento de las redes de instrumentación y la vigilancia continua del entorno de nuestro planeta, donde las ciencias de la Tierra y del espacio tienen un papel fundamental. Se trata de fortalecer la protección civil y la seguridad nacional, afirman en su texto.

Los investigadores expresan su preocupación por los continuos ajustes al presupuesto para ciencia, tecnología e innovación: “El panorama que se presenta con los recortes al presupuesto en ciencia y tecnología en 2017 y 2018, no sólo ralentiza más el desarrollo del sector científico en el país, sino que representa un retroceso importante que puede tener consecuencias graves para el desarrollo de nuestra nación. Las ciencias de la Tierra y del espacio contribuyen al desarrollo de una región, estado o país y esto repercute en el bienestar social y su resiliencia.

Los estudios en estas áreas propician mejores condiciones de vida para muchos mexicanos. Como ejemplos de estos estudios podemos mencionar los relacionados con cambio climático, contaminación ambiental, prevención de desastres por fenómenos naturales (sismos, erupciones volcánicas, subsidencia, huracanes, heladas, deslaves, inundaciones, tormentas solares, etcétera) y del sector energético. Estas investigaciones aportan conocimiento en diferentes rubros que sirve también para que los tomadores de decisiones tengan información fidedigna y de la calidad necesaria para garantizar acciones sociales que puedan beneficiar a la población en general y reducir los costos de la reacción y reconstrucción ante desastres.

Los investigadores agrupados en la Unión de Geofísicos Mexicanos señalan además que el recorte al presupuesto destinado a la investigación científica pone en riesgo la persistencia de varios programas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la formación de recursos humanos y agregan: Esto, entre otras posibles consecuencias, podría interrumpir la continuidad en el registro de fenómenos naturales, lo cual sería una pérdida grave, ya que los pronósticos que se hacen dependen en buena medida de la experiencia generada por los eventos anteriores.

En su mensaje los especialistas en las ciencias de la Tierra y del espacio reiteran su compromiso para seguir contribuyen- do a la generación de conocimiento que ayude a tomar mejores decisiones para el bienestar y desarrollo del país; y dirigiéndose a los legisladores señalan: Confiamos plenamente en que la Cámara de Diputados hará un análisis profundo de las consecuencias negativas que conlleva el retroceso que ha sufrido un sector que se considera fundamental para el desarrollo del país y que se incluye en el Plan Nacional de Desarrollo, y por lo mismo, harán todo el esfuerzo necesario para incrementar el presupuesto al sector científico. Este es el llamado que hacen los investigadores que integran la Unión Geofísica Mexicana.

Es un mensaje vital, que merece la atención de la sociedad mexicana y especialmente de los diputados y senadores, pues no podría entenderse una redistribución del presupuesto en función de los efectos de los desastres recientes, sin invertir en la investigación que nos permitirá enfrentar estos y otros eventos catastróficos en el futuro.