Buenos Aires.

La noche del jueves, en que las Abuelas de Plaza de Mayo conmemoraban los 40 años de su fundación anunciaron la aparición de la nieta 125 hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia secuestrada y desaparecida el 27 de noviembre de 1977 en la Plata provincia de Buenos Aires, y que fue llevada a circuito de los Centro Clandestinos de exterminio, Atlético, Banco y Olimpo durante la pasada dictadura militar (1976-1983).

Fue la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto quien lo anunció al culminar el importante acto de recordación del momento donde se crearon las Abuelas que junto con Madres de Plaza de Mayo, se convirtieron en la vanguardia de una lucha sin descanso para encontrar a sus hijos y a sus nietos desaparecidos. Lo hicieron en plena dictadura y desafiándolo todo.

Fueron años de lucha con la tenacidad que da el amor y la necesidad de justicia- como ellas mismas dicen- y conformaron una red de increíble solidaridad en plena dictadura y después.

Desde que en 2005 el ex presidente Néstor Kirchner, recordado este viernes por la fecha de su muerte, asumió el gobierno, madres, abuelas e hijo fueron no sólo reconocidos, sino alentados y acompañados en su lucha , por ese gobierno (2003-2007) y el que los siguió de Cristina Fernández de Kirchner con muchos logros para los derechos humanos.

El acto fue intenso y emocionante, en momentos en que hay una tendencia a menoscabar, incluso a perseguir a estos organismos de Derechos Humanos, surgidos en una lucha justa que es respetada a nivel mundial.

Abuelas de Plaza de Mayo tiene la inmensa alegría de comunicar la restitución de la hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia. Bienvenida nieta 125 a la verdad, afirmó Carlotto y le respondió una ovación. En la sala estaban también los hijos de desaparecidos recuperados por el incansable trabajo de las Abuelas, personalidades, artistas y cantantes que les rindieron homenaje.

“Qué momento este para los que nos llamaron ´curros´, dijo Carlotto en referencia a palabras despectivas del actual presidente argentino Mauricio Macri contra estos organismos, y consideró que encontrar a una nueva nieta es un regalo para todos los que viven y acompañan esta lucha y para el mundo entero.

Lucía Rosalinda la madre de la nueva nieta restituida a su familia era estudiante de derecho cuando fue secuestrada. Logró hacer llegar una carta a su familia a un año de su desaparición y otra donde les decía que iba a tener un hijo en los primeros meses de 1979. Nunca más supieron nada pero comenzaron a buscar a la nieta o nieto que ahora fue encontrada.

El pasado miércoles las Abuelas conocieron los resultados del ADN, aunque no se pudo aún identificar a su padre y fue hasta el jueves cuando la joven conoció la verdad.

También fue emocionante, que varios nietos hablaran sobre la larga lucha de las Abuelas por encontrarlos, y lo que significó para ellos conocer su identidad. Estar ahora rodeándolas, agradeciéndoles tanto amor y sacrificios para encontrarlos, así como la solidaridad que encontraron en ese camino arduo inclusive de los científicos que aportaron la posibilidad de identificarlos.

No faltó en el acto el nombre y la fotografía del activista Santiago Maldonado, desaparecido después de una represión brutal de la gendarmería nacional en Chubut, cuando este joven acompañaba a un pequeño grupo de mapuches, entre los que estaban un par de mujeres y dos ñiños.

Mentiras sobre el caso Maldonado

Sergio Maldonado, hermano de Santiago, denunció este viernes en conferencia de prensa que Amnistía Internacional demostró junto a su abogada Verónica Heredia como el periódico Clarín en los últimos días inventó las declaraciones de un inexistente testigo E, y en las últimas horas que la zona donde apareció el cuerpo no tenía pozos y que por eso se habría ahogado.

Lo que quedó desmentido después que el juez de la causa, Gustavo Lleral, tomó declaración testimonial al prefecto Leandro Ruata, responsable del rastrillaje sobre el río Chubut realizado el pasado 17 de octubre cuando se encontró el cuerpo, quien junto a otros dos prefectos declararon que la profundidad del agua no superaba el metro cuarenta, y que durante el anterior rastrillaje, realizado el pasado 18 de septiembre, la profundidad llegaba al metro.

Así se confirmó que esa zona ya había sido rastrillada, además que en el lugar por donde huyeron los mapuches cruzando el río no había pozos, y que el cauce del Río Chubut no tenía más de un metro de profundidad cuando la gendarmería reprimió y terminó con la desaparición forzada de Santiago Maldonado. El agua era cristalina con lo cual ese cadáver debía haber sido visible en esos rastrillajes.

La familia reclamó una investigación imparcial y Sergio Maldonado señaló que su hermano fue víctima de una desaparición forzada que fue seguida de su muerte. A mi hermano lo asesinaron cuando la Gendarmería reprimió al grupo, sus testimonios fueron contradictorios, afirmó y exigió que se interrogue a todos los funcionarios que encubrieron estos hechos.