Nueva York.

Ashley Judd dice que hace dos décadas escapó de los avances sexuales de Harvey Weinstein tratando de negociar.

Cuando era una joven actriz emergente había llegado al cuarto de hotel del poderoso magnate del cine para lo que pensó sería una reunión de negocios. No lo fue, dice. Weinstein primero se ofreció a darle un masaje, y cuando ella puso reparos, le pidió a ella que le diera uno a él. “Pensé que ‘no’ significaba no. Lo bombardeé con mis ‘no’”. Pero él insistió, ante lo cual Judd intentó llegar a un acuerdo y le dijo que se le entregaría cuando ganara un Óscar en una de sus películas. Weinstein hizo una contraoferta: Cuando seas nominada. “Y yo dije, ‘No. Cuando gane un Óscar’. Luego, simplemente huí”.