Caracas.

La oposición venezolana sufrió este martes un cisma tras el retiro de uno de sus mayores líderes, una crisis que afianza al gobierno del presidente Nicolás Maduro ante las próximas elecciones municipales y las presidenciales de 2018.

Henrique Capriles, ex candidato presidencial, anunció su salida de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) porque cuatro de los cinco gobernadores opositores elegidos en los comicios regionales del 15 de octubre rindieron juramento el lunes ante la Asamblea Nacional Constituyente.

Capriles condicionó su retorno al retiro de Henry Ramos Allup, veterano líder de Acción Democrática (AD), uno de los mayores partidos que integran la MUD, y al cual pertenecen los cuatro gobernadores.

Cuando se está enfermo hay que operar y extirpar el tumor. En la Mesa de la Unidad hay que hacer lo propio, aseguró Capriles, quien consideró que la MUD debe refundarse.

Golpeada por los comicios en los que el oficialismo ganó 18 de las 23 gubernaturas del país, la MUD había reiterado que no cedería al chantaje del gobierno, que amenazó con destituir a los gobernadores si no juraban ante la Constituyente.

Ramos Allup aseguró que los cuatro se autoexcluyeron de AD, partido que dominó la política venezolana hasta la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999.

Pero Capriles, de Primero Justicia (PJ) –donde milita el único gobernador que no se subordinó, el de Zulia–, lo acusó de lavarse las manos pues en AD no se mueve una hoja sin su aval.

Maduro consideró la toma de protesta como un reconocimiento a la Constituyente, calificada de fraudulenta por la MUD y desconocida por una docena de gobiernos latinoamericanos, la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.

Bajo los reflectores, los gobernadores opositores de Táchira, Anzoátegui, Mérida y Nueva Esparta defendieron este martes su decisión.

Asumimos el costo político para defender el voto de nuestros electores, justificó la gobernadora de Táchira, Laidy Gómez, en rueda de prensa celebrada en un hotel, pues la Asamblea Nacional, controlada por la MUD, les prohibió usar su sede.

En otro orden, Estados Unidos autorizó el regreso a Venezuela de los diplomáticos y familiares que habían sido retirados en julio pasado ante la creciente inseguridad y la violencia en el país sudamericano, informó el Departameto de Estado.