Tenemos la instrucción de terminar en enero, señala el director del instituto
El proceso no es sólo material; también deben considerarse las necesidades de las personas, afirma el funcionario
Por los sismos se dañaron tres inmuebles médicos y administrativos
Lunes 23 de octubre de 2017, p. 35
La reconstrucción no es sólo estadística, ni se trata nada más de entregar tarjetas. También se debe ver a las personas y sus necesidades. De nada sirve que un señor de más de 80 años tenga una tarjeta que no puede utilizar o que las familias recuperen sus casas, pero estén inconformes porque el proyecto arquitectónico no previó el hamaquero que debe ir en el corredor.
En la reconstrucción todo cuenta, afirmó José Reyes Baeza Terrazas, director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
Aún más importante es reconocer que en Chiapas la gente está dispuesta a entrarle para que ellos mismos construyan sus viviendas, incluso las mujeres jefas de familia. Algunas reconocen que no saben nada de albañilería, pero dicen que van a aprender, explicó el funcionario a partir de su experiencia en la región de La Fraylesca, Chiapas, donde desde el pasado 8 de septiembre coordina las tareas de apoyo a los damnificados por el sismo del 7 de septiembre.
Pesar por damnificados
En entrevista, Baeza Terrazas señala: He visto muchas cosas y todas duelen, porque se trata de la gente más humilde. Se quedaron sin nada y aun así te ofrecen algo: un vaso de agua, una galleta. Son agradecidos y pacientes
con los tiempos para la reconstrucción, pero urge avanzar, y vamos a contrapelo
para cumplir la orden de que la reconstrucción debe estar concluida en enero.
–¿Qué daños registró la infraestructura del Issste con los sismos? –se le pregunta.
–En las zonas afectadas tenemos 611 inmuebles médicos y administrativos, de los cuales, tres clínicas están inhabilitadas en Ixtepec, Oaxaca; la delegación Iztapalapa, y en Coatzacoalcos, Veracruz. Vamos a demoler y reconstruir; en los tres casos se instalaron consultorios temporales enfrente de las clínicas. Con la póliza de los seguros subrogamos algunos servicios.
Por el sismo del 19 de septiembre la torre de consulta externa que está enfrente del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre tuvo un pequeño hundimiento. Está en proceso el peritaje. En tanto, se acondicionaron los consultorios dentro del hospital.
–¿Cuál es la situación del Hospital Belisario Domínguez de Tuxtla Gutiérrez?
–Tiene daño estructural y desde el día del terremoto fue desalojado. En unas semanas inauguraremos el nuevo hospital. Se está construyendo desde hace dos años para sustituir al otro que tiene 40 de antigüedad, que con sus 60 camas ya era insuficiente. Las nuevas instalaciones tienen 150 camas censables. La empresa responsable de la obra lo entregará en los próximos 15 días. Al edificio viejo le daremos otro uso, tal vez acondicionarlo para una clínica familiar.
–¿Dónde se atiende a los pacientes mientras tanto?
–Instalamos carpas para la consulta externa y estamos subrogando servicios en cuatro hospitales privados para internamientos, estudios y cirugías, entre otros. El seguro nos va a cubrir hasta por 130 millones de pesos en Tuxtla Gutiérrez.
–¿Qué le tocó hacer en Chiapas?
–El presidente Enrique Peña Nieto nos encargó diferentes zonas para apoyar a la población. Me tocaron seis municipios de la región La Fraylesca, en Chiapas: Villa Flores, Villa Corzo, La Concordia, Parral, Montecristo y Jaltenango. Son miles de ejidos. Lo primero fue atender la emergencia con alimentos, medicinas, despensas, casas de campaña.
“En Chiapas se reportan 58 mil viviendas con daños, de las cuales en La Fraylesca están 18 mil. De éstas, 2 mil son pérdidas totales.
Levantamos el censo, y ya se inició la distribución de las tarjetas de Bansefi con 15 mil pesos para las familias que sufrieron daños parciales y 120 mil para quienes perdieron su vivienda.
–¿Cuáles son los principales retos en esa zona?
–Todo va a ser realizado por autoconstrucción, pero hay sectores en situación vulnerable: jefas de familia, adultos mayores y personas con discapacidad, para quienes es imposible poner la mano de obra. Tenemos que darles apoyos complementarios y lo estamos haciendo mediante particulares que se han ofrecido para colaborar. Son empresas a las que ponemos en contacto con estos grupos y los contratistas de la región para que se hagan cargo de la construcción de viviendas. Nosotros fiscalizamos que se haga.
–¿Cuántas personas son?
–De las 2 mil familias con daños totales en sus viviendas, 500 son vulnerables. Muchos adultos mayores, como el señor Francisco, de 90 años, y su esposa, de 87. Ella está en cama desde hace cinco años por una fractura de cadera. Su casa era de adobe y la demolimos. En 10 días les vamos a entregar la nueva con la ayuda de empresas que se han sumado para ayudar. Así, vamos entregar entre 150 y 200 casitas.
La base de la reconstrucción son los recursos del Fondo de Desastres Naturales, pero tenemos que actuar con creatividad e imaginación para producir vivienda pronto.
–¿Quiénes construyen en estos casos?
–Son pequeñas empresas de la región y en algunos casos los vecinos se ofrecieron para ayudar a los viejitos. Esta es una parte pequeña, pero muy importante. Lo peor que nos puede pasar es que cualquier persona –sobre todo un adulto mayor o con capacidad diferente– esté durmiendo en el traspatio con el cobijo de una lona o de un tejabán y que tenga dos tarjetas que no puede usar. El presidente Peña Nieto visitó el ejido Benito Juárez en La Fraylesca y vio tres casas terminadas que se hicieron con aportación de vecinos y particulares, antes de que llegaran las tarjetas.
Son viviendas pequeñas, y las familias las podrán ampliar con el dinero de las tarjetas. Lo importante era que muy pronto tuvieran un techo seguro. Además, la instrucción del presidente es que la reconstrucción concluya en enero. Vamos a contrapelo y debemos hacerlo rápido con estos esquemas de asociación entre particulares.
–Las necesidades son muy grandes…
–Y muchas. Estuve en la casa de un matrimonio. La señora dio a luz el día del sismo. Su casa se dañó. No la pueden ocupar, y el esposo habilitó un tejabán con lámina galvanizada en el patio. Llorando, me dijo que había que acelerar la ayuda porque su bebé estaba expuesto a la lluvia y los moscos, el zika, el chikungunya… Esto no lo podemos limitar a la estadística. Hay que ver los rostros, las historias. Y otra cosa es que a donde uno llega, la gente más humilde te da algo de lo que tiene, un vaso de agua, una galleta. Son muy solidarios y comprometidos.
“No piden que les construyas su casa. Quieren apoyo con el material para ellos levantarlas. Tienen esperanza y son pacientes con las etapas del proceso hasta que les entreguemos sus tarjetas.
Otro aspecto relevante es que los diseños de las casas las hizo un arquitecto originario de El Parral que se ofreció y está bien, porque entiende las costumbres; por ejemplo, con el hamaquero. Todas las casas tienen uno y debe estar en el corredor. Los baños no están adentro de la casa, sino al final del corredor en la parte posterior de la vivienda. En la cocina debe haber un fogón, y esto tampoco puede fallar.