El rey Felipe VI presidió la entrega los premios Princesa de Asturias, en Oviedo
Ese género tiene escasa influencia en el mundo, pues vivimos en la soledad, afirma el poeta polaco
Nuestra mayor satisfacción es habernos ganado un lugar en el humorismo: Les Luthiers
Sábado 21 de octubre de 2017, p. 2
Madrid.
El autor polaco Adam Zagajewski, de la llamada generación del 68 o de la Nueva ola, vivió ayer uno de sus momentos públicos más memorables, al recibir el Premio Princesa de Asturias de las Letras y pronunciar un discurso en el que evocó los duros años de la represión, pero también la ardua vocación de escribir. Además de crear poesía, de entre todas las artes, la menos técnica
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En el Teatro Campoamor, en Oviedo, capital de Asturias, el rey Felipe VI presidió la entrega del galardón con el que también se reconoce a los humoristas argentinos Les Luthiers, en el apartado de Comunicación, y a la Unión Europea (UE), en Concordia.
Zagajewski, nacido en Lwów, Polonia, en 1945, pertenece a una tradición de escritores que vivieron en carne propia las contradicciones e injusticias más lacerantes del siglo XX. Por eso su trayectoria literaria está marcada por su activismo político, por su compromiso con las causas que él y los artistas e intelectuales que formaron parte de su movimiento encontraron como justas. Como hicieron, entre otros, Kornhauser, Kipska, Krynicki o Baranczak. Pero uno de los líderes era sin duda Zagajewski, quien es autor de dos de los principales lemas de ese grupo: Powiedz prawde (Di la verdad) y Mow wprost (Habla claro).
Con lenguaje sencillo y directo, como su poética, Zagajewski dijo: No sabemos qué es la poesía, a pesar de que se han escrito sobre ella miles de libros que podemos encontrar en todas las grandes bibliotecas. Cada generación crea su propia visión de la poesía, aunque conserve a la vez una fidelidad hacia unas formas tradicionales sin interrumpir así la continuidad de un proceso que había comenzado aun antes de Homero y que perdura hasta nuestros días
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Un género literario que tiene poca influencia en el mundo actual, donde todos quieren hablar sólo de la comunidad y de política, y es cierto que esto es importante. Pero también existe el alma particular con sus preocupaciones, con su alegría, con sus rituales, con su esperanza, su fe, su deslumbramiento que a veces experimentamos. Debatimos sobre las clases y las capas sociales, pero en el día de cada día no vivimos en la colectividad sino en la soledad. No sabemos qué hacer con un momento epifánico, no somos capaces de preservarlo
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De ahí que intervengan las religiones y sus alianzas más perversas y destructivas. “Las sociedades se secularizan rápidamente, y los que hoy defienden la religión a veces acuden a técnicas sociopolíticas detestables, la religión con excesiva frecuencia se alía con la extrema derecha. No es difícil percibir que nos encontramos en un momento que es poco propicio para la poesía. Cualquiera que de vez en cuando participe en uno de los numerosos festivales de poesía en Europa, independientemente de en qué país, no puede dejar de advertir que el público en los encuentros poéticos disminuye de manera sistemática.
“La poesía –admitió Zagajewski– no está de moda; las novelas policiacas, las biografías de los tiranos, las películas estadunidenses y las series de televisión británicas sí lo están. La política está de moda. La moda está de moda. Las relaciones están de moda, la sustancia no está de moda. Los pantalones entubados, los vestidos con estampados de flores, las perlas en la ropa, los jerséis rojos, los abrigos a cuadros, las botines plateados y los pantalones vaqueros con apliques están de moda.
Las bicicletas y las patinetas están de moda, los maratones y los medio maratones, la marcha nórdica; no está de moda detenerse en medio de un prado primaveral ni la reflexión. La falta de movimiento es nociva para la salud nos dicen los médicos. Un momento de reflexión es peligroso: para la salud, hay que correr, hay que escapar de uno mismo.
Nadie nace riendo: Les Luthiers
Uno de los integrantes de Les Luthiers, Marcos Mundstock, en su discurso hizo un encendido elogio de la herramienta que les ha llevado hasta ahí: el humor.
“El ejercicio del humorismo, profesional o doméstico, más refinado o más burdo, oral, escrito o mímico, dibujado… mejora la vida, permite contemplar las cosas de una manera distinta, lúdica, pero sobre todo lúcida, a la cual no llegan otros mecanismos de la razón.
“El humorismo no depende de estar de buen humor o de mal humor, o de un humor de perros (que es cuando no movemos el rabo). Hay gente que siempre está de buen humor, pero es incapaz de entender un chiste. No importa, el sentido del humor se aprende y mejora con la práctica: nadie nace riendo.
El humorismo es siempre social. Uno no se cuenta un chiste a sí mismo, sino a los amigos o conocidos, en el trabajo, en el bar o en un velorio. ¡El humorismo, señoras y señores, es comunicación! Más aún: ¡Comunicación y Humanidades, que es lo que queríamos demostrar! Nuestra mayor satisfacción es habernos ganado con la ayuda de la música, unos raros instrumentos y la exuberancia y las ambigüedades del idioma castellano un lugar en el humorismo
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El resto de galardonados fson William Kentridge (Artes); Karen Armstrong (Ciencias sociales); Rainer Wess, Kip S. Thorne, Barry C. Barish y la Colaboración Científica LIGO (Investigación científica y Técnica), la selección masculina de rugby de Nueva Zelanda, conocida como All Blacks (Deportes), y la Hispanic Society of America (Cooperación internacional).