Con el proyecto de declarar parque nacional al archipiélago de Revillagigedo, en el océano Pacífico, se busca mantener a las cuatros islas y a 14 millones de hectáreas marinas como áreas núcleo, en las que no se podrán instalar hoteles ni hacer explotación pesquera, indicaron expertos que asesoran en esta iniciativa a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Hay molestia porque se restringirá la zona de pesca, pero en realidad las personas que viven de esa actividad serán beneficiadas porque la conservación favorece la reproducción de especies, señalaron Octavio Aburto y Exequiel Ezcurra, quienes se inconformaron con el estudio inicial justificativo del parque nacional, ya que planteaba la apertura al turismo del área protegida, que actualmente es reserva de la biósfera.

En entrevistas por separado, explicaron que ahora en el proyecto de decreto se definirá con precisión que la zona terrestre –las islas– queden con la mayor protección (como áreas núcleo) y no se flexibilizará la protección del perímetro natural protegido, se busca que mantenga un ecosistema natural prístino que sirva de referencia en un futuro de cómo es una isla sin los humanos.

Actualmente, 80 por ciento de las pesquerías están en mal estado o agotado, señaló Aburto, investigador del Instituto Oceanográfico Scripps, de San Diego, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Sostuvo que la flota atunera se verá afectada en 3.7 por ciento de su captura y el resto tiene una gran extensión para realizar actividades.

La industria atunera emitió un comunicado el miércoles en el que cuestiona el cambio a parque nacional de la reserva de la biósfera porque, resaltó, no se sustenta en criterios científicos y el sector se verá afectado con pérdida de empleos, se pone en riesgo la economía regional y se apoyan intereses extranjeros.

Aburto, con cerca de una década de trabajo de investigación en el archipiélago, recordó que la propuesta científica que se hizo a la Semarnat fue proteger 28 millones de hectáreas marinas en esa región, pero la dependencia determinó que fueran 14 millones. Más que tema de conservación se debe ver como estrategia para la seguridad alimentaria de México, si se quiere seguir manteniendo a la población alimentada con la proteína del mar.

Exequiel Ezcurra, ex presidente del Instituto Nacional de Ecología, sostuvo que inicialmente con el estudio previo justificativo la parte terrestre de las islas, que son zona núcleo, quedarían con una categoría difusa, nada impedía que se hiciera un hotel ecológico, pero las islas son extremadamente frágiles y las comparó con las Galapagos, las cuales son un caso muy problemático porque se habitaron y ahora hay especies invasoras.

Detalló que los expertos de la Semarnat ya hicieron un primer borrador del decreto, del cual ya se enviaron comentarios que confió serán tomados en cuenta.