Tres orquestas dieron vida a Guanajuato con una noche musical
Viernes 20 de octubre de 2017, p. 4
Guanajuato, Gto.
Las más finas notas surgieron de tres orquestas guanajuatenses. Hasta que un melenudo entre los atriles se apoderó a guitarrazo puro para irrumpir con un éxito del grupo Chicago: La revolución del rock tomó por asalto la explanada de la Alhóndiga de Granaditas la noche del martes, que arrancó estruendosamente con sonidos bien temperados.
Una producción cien por ciento guanajuatense
, anunció la voz presentadora, en cuanto la campanilla de la tercera llamada alentó la emoción de los asistentes en una noche fresca para ver a las bandas Juvenil y de Música del Estado de Guanajuato, la Sinfónica del Sistema Orgullo Musical y Los Paladines de la Tradición, acompañadas por coros y una banda de rock, con dirección artística de José Sandoval Ascencio.
Temas de famosos de los años 60 a los 80 del siglo pasado fueron parte de la irrupción del rock inscrito en la Revolución, uno de los tres ejes temáticos de la edición 45 del Festival Internacional Cervantino (FIC), con las rupturas en las expresiones artísticas.
¡Fuerza, México!
, gritaba el cantante en el papel de Jim Morrison con un clásico de 50 años. Cornos y trompetas bailaban en lo alto de un lado a otro, mientras el público coreaba Gloria.
Así, entre vestimentas de cuero y lentejuelas, con sacos y corbatas negras, una noche de rock dio vida a Guanajuato.
Desde el rock progresivo de Pink Floyd con su diamante brillante hasta el meloso eclipse del corazón de Bonnie Tyler, los Doors, Beatles, Queen, Aerosmith, Soda Estéreo y Caifanes formaron este rock sinfónico, no apto para exquisitos, pero que llenó uno de los principales escenarios de la capital cervantina en una noche entre semana.
Casi dos centenares de músicos al compás de la batuta
El gran conjunto de intérpretes reunidos en el escenario, alientos y percusiones, destacaban en número, lucían junto a coristas con chamarras plateadas y el común grupo de guitarra, bajo y batería clásicos del rock. Casi dos centenares de músicos al compás de la batuta y cantantes que fueron intercalando en cada canción.
Por favor, llévale de cenar a mi abuelito para que no se le baje el azúcar
, pedía el joven acompañado de su familia antes del concierto, avisando que ya estaba a la espera en la Alhóndiga. Esos mismos que corearon y se emocionaron ante la presentación de cada tema por venir.
El FIC agradece su presencia. Bienvenidos a la Revolución del rock
, dio inició a la noche de orquesta y rock, porque detrás de cada piedra no sólo hay historia, y en cada balcón no sólo se esconde el romance.
Y con las enseñanzas del Paul McCartney, quien escribió para James Bond: Vive y deja morir (Live and let die) cerró una noche que emocionó a cada introducción de canción por ser interpretada, que hizo corear Somos campeones
, como alguna vez ocurrió con Freddie Mercury, o recordar esa película del fin del mundo de Aerosmith, I dont want to miss a thing o De la música ligera, del argentino Gustavo Cerati.
Buenas noches, vecino. ¿Usted por acá?
, conversa la señora acompañada de su pequeña hija. Iba pasando y me quedé
, responde ese transeúnte que desde la calle observan el escenario, atrapados por la música repentina de la orquesta que incita a roquear cervantinamente en Guanajuato.