Harvey Weinstein renunció el martes al consejo de administración del estudio que fundó con su hermano, dentro una lluvia de denuncias de acoso y abuso sexual.

Weinstein, el productor más oscarizado de Hollywood, capaz de destruir carreras con un pestañeo, había sido despedido el 8 de octubre pasado de la empresa que copresidía, pero hasta el martes seguía siendo parte del consejo de administración. La dimisión fue confirmada a Afp por una fuente cercana al productor, después de una reunión en Manhattan entre su equipo legal y el de la compañía.

El futuro de la productora –en la que Weinstein posee 22 por ciento de participación– es incierto desde que el productor cayó brutalmente de su pedestal tras las revelaciones del The New York Times y la revista New Yorker de que desde hace tres décadas ha acosado o agredido sexualmente a más de 30 actrices, entre ellas Gwyneth Paltrow o Angelina Jolie. Cinco mujeres lo acusan de violación, aunque él niega tales aseveraciones.

Lena Headey, estrella de Juego de tronos, se sumó este martes al grupo de mujeres blanco de Weinstein. Contó cómo el productor se le insinuó en el festival de cine de Venecia y luego en Los Ángeles. “Mi cuerpo estaba en alerta máxima, le dije: ‘No estoy interesada en nada que no sea trabajo. No creas que estoy aquí por otra razón; nada va a pasar’”, recordó, asegurando que se puso furioso y ella nunca más trabajó en Miramax, el primer estudio de Weinstein.

La suerte del hermano de Harvey, Bob Weinstein, cofundador de la Weinstein Company, también es incierta. Muchos se preguntan cuánto sabía del comportamiento de su cosanguíneo. Una productora, Amanda Segel, también lo acusó de acoso sexual, lo cual fue desmentido por un portavoz, según la revista Variety.

América Ferrera, ganadora del Globo de Oro y el Emmy por Betty la fea, se unió en Twitter a la campaña #YoTambién, impulsada por Alyssa Milano para que mujeres abrieran al mundo sus historias.

La primera vez que recuerdo haber sido abusada sexualmente tenía nueve años. No se lo dije a nadie y viví con vergüenza y culpa pensando que de alguna manera era responsable de las acciones de un adulto, indicó.