Cuatro actores escenifican El momento de los elefantes, de José Raúl Andrade, en el Foro Contigo América
Queremos amar de manera franca, trabajar de manera digna, decir la verdad, pero las trampas de la vida hacen que uno vaya perdiendo el impulso, las ganas
, explica el dramaturgo en entrevista con La Jornada
Hoy y el día 26, últimas funciones
Jueves 19 de octubre de 2017, p. 4
La fragilidad de los impulsos amoroso y revolucionario es, a final de cuentas, la fuerza de la juventud, plantea el dramaturgo José Raúl Andrade (Tijuana, 1988) en su obra El momento de los elefantes, la cual también dirige y presenta en el Foro Contigo América.
La pieza está inspirada en dos textos: Los justos, de Albert Camus, y El gran cuaderno, de Agöta Kristof; la finalidad es perfilar una reflexión existencialista a partir de una anécdota que sucedió en la Ciudad de México en 2014, cuando chavos
anarquistas quemaron la puerta del Palacio Nacional luego de una marcha pacífica de solidaridad con Ayotzinapa.
Es triste que a veces las ganas de hacer las cosas de manera honesta y digna se rompan con el tiempo. Muchos de nuestros políticos seguramente tuvieron alguna vez un impulso real por hacer las cosas bien, pero el sistema los va encauzando a días oscuros, y eso sucede también a los jóvenes que intentan amar por primera vez o a los que llegan a su primer trabajo
, explica Andrade en entrevista con La Jornada.
Burbuja de jabón: frágil y efímera
La puesta en escena es protagonizada por Natalia Payán, Melissa López Blizzard, Sebastián Lavaniegos y Alex Peña, actores egresados de CasAzul Artes Escénicas Argos. Ellos dan vida a una historia “hecha por y para jóvenes, sobre todo para hablar de lo que nos ha tocado vivir los recientes años, pues es increíble cómo se nos quiere apagar el fuego de hacer las cosas bien.
“Queremos amar de manera franca, trabajar de manera digna, decir la verdad, pero las trampas de la vida hacen que uno vaya perdiendo el impulso, las ganas. Somos como una burbuja de jabón, frágil y efímera. Pareciera que todo está en contra y eso le conviene no sólo a algunas empresas, sino a los señores y señoras de guante blanco; quieren que siga el encono de la sociedad.
No comprenden que la juventud es una luz, como bien lo pudimos ver el 19 de septiembre. Los jóvenes tomaron los problemas de frente, aun cuando se pensaba que estaban dormidos o domesticados por las redes sociales. Esta obra también habla de eso, de las ganas de los chavos de hoy por participar como ciudadanos y de las maneras que están encontrando para hacerlo efectivo. Estamos ante un momento histórico.
Para Natalia Payán (CDMX, 1993), quien pertenece a la decimotercera generación de CasAzul, la experiencia de protagonizar El momento de los elefantes es un reto, porque “el personaje pudiera parecer un cliché, una niña fresa, sin amigos; pero es más profundo y complejo, como todos lo podemos ser, aunque se nos encasille. A veces pensamos que a los jóvenes no les interesa nada, que no tienen objetivos o que el país les vale. No es así.
“En la trama, los chicos que queman la puerta de Palacio Nacional tienen la idea de que con ello van a hacer la revolución otra vez. En este aspecto me identifiqué con el personaje porque a veces también digo: ‘hagamos las cosas, sí podemos cambiar todo’; en el fondo soy un poco revolucionaria.”
El título de la puesta en escena, El momento de los elefantes, alude a una metáfora que plantea en el foro el director Andrade y que explica así: “Los elefantes son el gobierno, las personas que controlan el poder. Las ratas son la sociedad civil, los jóvenes, que dan temor a los elefantes.
“Debe de ser muy pesado para los gobernantes, esos seres podridos de la sociedad, ver a un joven de 20 años cargando escombros y ellos sentirse inútiles. Seguramente, ante la juventud tan activa, tienen un temor a la verdad, a la realidad, a la búsqueda de esas otras maneras de actuar, por eso le tiran a los chavos que están intentando hacer el cambio.
“En esta obra intento hacer una síntesis de esas reflexiones; al final lanzo la pregunta: ¿de qué lado estás, eres un elefante o te has convertido en ratón? Ni el anarquista ni el corrupto tienen la razón, porque la destrucción por sí misma nada genera. La violencia sólo genera violencia. Pues también intento ponerme en los zapatos de los anarquistas que tienen una buena intención, pero la encauzan en lugares y situaciones que no son fructíferas.
Es momento de alzar la voz, sí, pero también de aprender a dialogar. No necesitamos cerrarnos, de lo contrario no vamos a pasar de esta democracia infantil en la que vivimos, si no aprendemos cómo hacerlo, nuestro país se va a caer
, concluye el dramaturgo.
La obra El momento de los elefantes, que comenzó temporada en septiembre, tendrá sólo dos funciones más: hoy y el jueves 26, en el Foro Contigo América (Arizona 156, colonia Nápoles), a las 20 horas.