Casi un mes después del terremoto del 19 de septiembre, habitantes de la Unidad Concordia Zaragoza, en Santa Martha Acatitla, delegación Iztapalapa, continúan esperando el dictamen de seguridad estructural realizado por directores responsables de obra.

Sin embargo, los habitantes afirman que sus departamentos son inhabitables, ya que presentas daños severos y hundimientos. Mientras tanto, ante la falta de recursos para arrendar lugares más cómodos, la gente sigue durmiendo en la calle. Instaló casas de campaña en el estacionamiento, justo a la entrada de los edificios, para resguardar sus pertenencias.

Mario Chávez Pacheco, quien vive en el lugar, señaló que están preocupados, porque con el sismo varios edificios resultaron afectados. Presentan grietas y unos tuvieron que ser desalojados, ante el riesgo de colapso. También dijo que los departamentos vibran cuando camiones pesados circulan por el lugar, ya que el inmueble se construyó a un costado de una avenida principal.

Aseguró que algunos inmuebles con daños son las torres C1 a C6. Otras, deshabitadas, las resguardan elementos de la policía capitalina para evitar saqueos. “En el bloque uno, dos, cinco y seis no hay gente. Están averiados los edificios. Las autoridades acordonaron, porque el suelo se hundió. Si los departamentos del bloque C se derrumban, las torres uno, dos, cinco y seis del edificio A y los del B corren el mismo riesgo, porque están juntos.

Están inservibles

Son alrededor de 240 departamentos los que las autoridades desalojaron por daños muy graces, ya que, según los vecinos, están inservibles. Tienen fisuras de la planta baja hacia arriba. Otros se están inclinando. Entonces, reitero: si se caen las edificaciones del C1 y C6 se corre el riesgo de que C2 y C5 se partan a la mitad.

La unidad Concordia tiene casi 20 años de edificada. En agosto del año pasado Protección Civil de Ciudad de México emitió un dictamen del C6, que consta de una planta baja y cuatro niveles con 20 departamentos. Este lugar fue catalogado de alto riesgo, debido a las condiciones del subsuelo. Además, presenta un desplome general en dirección norte.

El informe, cuya copia tiene La Jornada, advierte que en la zona existe una familia de grietas y que parte de las variables detonantes son, entre otras, la temporada de lluvias, bombeo de agua subterránea, cambios de presiones hidroestáticas y desecación de arcilla, que ocasionan la deformación del terreno y afectaciones a la red de drenaje.

Los apoyos son escasos y no se reparten de manera equitativa. Los 3 mil pesos para renta es una burla. Las autoridades sólo miran a las delegaciones más lastimadas, pero acá, en Iztapalapa, que colinda con Nezahualcóyotl, hay muchos hogares en riesgo y gente que necesitamos donaciones, porque son escasos. Además, que manden especialistas para que estudien el subsuelo y el riesgo en la unidad. Hay muchas grietas, lamentó Chávez Pacheco.

Salvador Barajas, ingeniero civil y quien también vive en el lugar, aseguró que los daños en el terreno empeoraron con el temblor y que no se requiere pilotear los edificios, porque si se abre la tierra se hunde el edificio con todo y pilares.

“La solución es tirar y volver a construir. Se requiere mantenimiento real. Aquí no han supervisado las cimentaciones, sólo han efectuado revisiones superficiales. Nos hablan de cimentación de pilotes de control, pero realmente no hay un estudio de mecánica de suelo actual para determinar hasta qué punto puede ser conveniente o si sería un gasto innecesario.