Su esposa, violada por un integrante del grupo islamita Haqqani
Domingo 15 de octubre de 2017, p. 26
Smiths Falls.
El canadiense Joshua Boyle, rehén liberado junto con su familia en Pakistán tras cinco años en cautiverio en Afganistán, aseguró el viernes pasado, a su llegada a Canadá, que sus secuestradores, la red Haqqani, afiliada a los talibanes, mataron a su hija y violaron a su esposa.
El mal de Haqqani, al secuestrar a un peregrino y a su esposa embarazada, quienes fuimos a ayudar a los aldeanos en las regiones controladas por los talibanes en Afganistán, es que fue eclipsado por la estupidez y el mal al autorizar el asesinato de mi bebé
, explicó Boyle, al borde del llanto, a la prensa en el aeropuerto de Toronto.
Al leer un breve texto de su cuaderno, sus manos comenzaron a temblar. Más adelante argumentó que el asesinato se produjo en represalia porque se negó a aceptar una oferta
de los islamitas, sin dar mayores detalles sobre las exigencias de sus secuestradores.
Esa decisión también tuvo como consecuencia la violación de mi mujer, no como una acción solitaria, sino por un custodio asistido por el capitán de los guardias y supervisado por el comandante de Haqqani, Abu Hajar
, recordó.
Este sábado, en un correo electrónico enviado desde la casa de sus padres ubicada en Smith Falls, a 80 kilómetros de Ottawa, Boyle dijo que su familia había llegado a su verdadera casa
y que no tenía ninguna intención de permitir a una banda brutal de criminales dictar la dirección futura de mi familia
.
Boyle y su esposa estadunidense, Caitlan Coleman, contrajeron matrimonio en 2011. La pareja planeó un viaje de seis meses en distintas ex repúblicas soviéticas, como Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán. Fueron secuestrados por los talibanes poco después de ingresar a Afganistán en 2012. Durante su cautiverio tuvieron dos niños y una niña (dos de ellos, de rasgos occidentales, aparecieron en un video en 2016).
Posteriormente fueron entregados a la red Haqqani en territorio paquistaní.
La familia fue liberada después de una batalla –el miércoles– entre yihadistas y tropas paquistaníes, en una operación ejecutada tras ser alertados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Llegaron a Toronto la noche del viernes, momento en que se conoció que una cuarta hija, nacida en cautiverio, fue asesinada. No hay informacción oficial sobre quién es el padre de cada menor.