Ixtepec, Oax.

Mujeres, varones y menores de edad que dejaron sus países y llegaron a México por la frontera sur llegaron a Ciudad Ixtepec, pero no con intención de cruzar a Estados Unidos como suelen hacerlo los migrantes, sino por apoyar a los damnificados que dejó el terremoto del pasado 7 de septiembre.

Unos 300 migrantes centroamericanos, integrantes del Viacrucis Guadalupano Migrante Solidario, comandados por Irineo Mújica, ayudan a quitar escombros, limpiar tejas, separar ladrillos y troncos de madera.

Con el lema Mis manos y mi fuerza están contigo, los migrantes llegaron al albergue Hermanos en el Camino, que dirige el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, donde ayer desayunaron y posteriormente se dirigieron al parque de Ciudad Ixtepec. Ahí, damnificados solicitaron su ayuda y llevaron en camionetas a sus domicilios a los migrantes procedentes de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala, que tienen entre 16 y 50 años de edad.

El hondureño Luis Antonio Enríquez explicó que la caravana pretende dar un poco del gran amor que han recibido de los pueblos de México, en especial de Ixtepec y Juchitán, donde les brindan cobijas y alimentos, entre otros apoyos. A pesar de que hay lugares violentos en esta zona de Oaxaca también hay personas de gran corazón, y estamos contentos de apoyar a la gente sacando sus pertenencias que quedaron atrapadas, también bajando sus tejas y sus muros de madera, dijo.

Irineo Mújica, responsable del Viacrucis Guadalupano Migrante Solidario, señaló que la intención de esta visita no es conseguir empleo en Estados Unidos, sino ayudar a los mexicanos en desgracia por el terremoto. Se trata de unir hombro con hombro y decirle al mexicano que nuestras manos y fuerzas están con ellos, sostuvo.

A su llegada a México, los migrantes recibieron paso libre por parte de funcionarios del Instituto Nacional de Migración, y anunciaron que permanecerán en Oaxaca de tres a cinco días, o mientras la comunidad requiera ayuda humanitaria.