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Tarántula, Letras completas y Crónicas I: memorias fueron comentadas ayer en Bellas Artes

Ya circulan en librerías tres alternativas esenciales para leer a Dylan en directo
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En la imagen, Iván Cruz Osorio, como moderador de la charla entre Eduardo Langagne, Julia Palacios y Jaime Pontones sobre la obra del Nobel de Literatura 2016Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de octubre de 2017, p. 8

Medio siglo de trabajo poético y biográfico del legendario y célebre compositor Bob Dylan, premio Nobel de Literatura 2016, se reúne en los libros Letras completas, edición bilingüe del imprescindible y vigente cancionero del cantante, que integra material que va de 1962 a 2012; Crónicas I: memorias y la novela Tarántula, los cuales fueron comentados ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Puestos en circulación en español por la editorial Malpaso, se trata de tres libros fundamentales para adentrarse en la creatividad de uno de los autores más influyentes del siglo XX y lo que va del XXI. En medio de los cientos de ensayos y docenas de libros sobre su trabajo, estas tres alternativas son imprescindibles para leer a Dylan en directo, destacó la socióloga e historiadora Julia Palacios, quien presentó dichos volúmenes junto con el poeta y traductor Eduardo Langagne y el escritor Jaime Pontones.

Palacios apuntó que Dylan escribió Tarántula entre 1965 y 1966, a los 25 años, aunque no fue publicada hasta 1971. Fue escrita en un periodo clave en su vida, durante la cual, como menciona el crítico musical Robert Christgau, transformó el arte de la composición de canciones.

De acuerdo con la especialista, es una novela fragmentaria y fue publicada en 1971 debido a un accidente de motocicleta que tuvo Dylan en pleno auge de su carrera, que lo mantuvo desconectado del mundo por largo rato.

El mismo Christgau, recordó Palacios, “explica que en su prosa poética se pueden distinguir libros y autores que han tenido influencia sobre Dylan. Leerlo aquí requiere de un esfuerzo especial. Entender y comprender en Tarántula sus juegos de pensamiento y palabras, los simbolismos y jiribillas de imaginación, al igual que sus canciones, no es asunto menor. Incluso el crítico estadunidense compara la lectura de Tarántula con la de El almuerzo desnudo, de William Burroughs”.

Respecto de las Crónicas I: memorias, dijo Langagne, se trata de una serie de textos autobiográficos que no están acomodados de forma cronológica. A veces uno no sabe si el Dylan que está hablando, siempre de manera introspectiva, es el que tiene que cambiar de casa continuamente, porque a su hogar llegan muchas personas a fotografiarlo, o es el Dylan célebre antes de salir al escenario de un concierto en Nueva York, o el que toca por un dólar acompañando a otro músico.

En sus crónicas, explicó Langagne, Dylan conversa con nosotros y nos obsequia ideas y emociones, pero también una extensa lista de músicos, cantantes e intérpretes que, aunque poco conocidos en nuestro entorno, son referente para generaciones siguientes.

Crónicas I, escrito originalmente en 2004, señaló Julia Palacios, es un libro extraordinario, con memoria prodigiosa y capacidad de recordar, reconstruir y revivir el pasado. Es un recuento de las primeras etapas de su vida en la música. Dylan nos lleva por un viaje a otros tiempos, con testimonios de primera mano, que se sienten, huelen, escuchan y ven.

Finalmente se habló del libro monumental, de unas mil 300 páginas, que reúne todas las canciones de Dylan en edición bilingüe, titulado Letras completas.

Una edición de impecable manufactura que da cuenta de su producción, que abarca de 1962 a 2012. Y eso que sólo está lo que es de su autoría, lo que se ha grabado y hecho público, comentó la especialista.

El libro incluye fotografías, portadas de discos y manuscritos de puño y letra de Dylan o páginas escritas a máquina, con algunas correcciones y tachones hechos a mano. Eso es muy valioso para apreciar un poquito el proceso de creación artística, que hoy, con la digitalización y la facilidad de borrar y editar inmediatamente sobre la pantalla, ya hemos perdido.

Otro aspecto a destacar, apuntó, son los apartados titulados Notas. “Son precisamente notas a las canciones, pero que acaban siendo un libro en sí mismo. Con datos minuciosamente investigados, se ofrece un caudal de información acerca del origen, intención, inspiración, referencias, fecha de grabación, momentos emblemáticos de interpretación, covers de otros artistas y datos complementarios, muchos de ellos biográficos, que ayudan a profundizar en cada disco, canción y letra”.

Pontones se refirió a las primeras canciones que escuchó de Dylan y a las traducciones que le solicitaba su hermana, y leyó algunas de los temas en español que contiene el libro.

Los ponentes coincidieron en señalar que la espléndida traducción fue realizada por expertos ibéricos, versiones que abren una ruta para futuras propuestas, pues habrá que adaptar algunas palabras a la jerga local, dependiendo de la nación. Son letras que, al traducirlas uno mismo, se pueden intervenir y hacer propias.