Comparten el impulso por el intercambio económico, difieren en desarme, apunta
Norma Pensado indica que están convencidos del multilateralismo y de la reforma a la ONU
Viernes 6 de octubre de 2017, p. 18
Los gobiernos de México y Rusia tienen la suficiente voluntad política para fortalecer la relación bilateral en todas sus vertientes; en particular comparten el propósito de impulsar los intercambios económicos y comerciales, los cuales no corresponden con el potencial de ambos países.
Con estas palabras –dichas con la vehemencia que sólo es posible cuando las motiva la convicción– recibe a La Jornada, para una conversación centrada en la relación bilateral, la embajadora Norma Pensado, quien apenas presentó cartas credenciales al presidente Vladimir Putin.
Afirma que son las instrucciones precisas que tiene del presidente Enrique Peña Nieto y que es muy satisfactorio constatar que esa voluntad compartida de reactivar la relación se reiteró al más alto nivel político en el reciente encuentro que los mandatarios sostuvieron en Xiamen, China, durante la cumbre de los Brics y las economías emergentes invitadas a dialogar.
Procedente de su anterior encargo en Finlandia, donde ejerció como titular de la embajada de México, Pensado lleva en Moscú tres meses y ha podido percibir que, con todos los funcionarios rusos que se ha entrevistado, predomina el interés de robustecer los vínculos de manera genuina, más allá de la tradicional simpatía que ha existido entre ambos pueblos a lo largo de la historia.
Por suerte, explica, en este país –desde que se presentan copias a un vicecanciller, en el caso, Serguei Riabkov, a cargo de los nexos con el hemisferio Occidental– se practica ejercer sin restricciones la función diplomática del gobierno que se representa.
Muchas son las coincidencias en materia de política exterior entre México y Rusia, y quizá la más relevante –en opinión de la jefa de la misión diplomática mexicana aquí– es que ambos países, actores importantes en los asuntos globales, creen en el multilateralismo.
Son conscientes de que es indispensable una profunda reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la dependencia por excelencia para tratar la agenda multilateral, aunque también tienen enfoques divergentes en cuanto a la composición y funcionamiento de una de su instancia principal, el Consejo de Seguridad, por cuanto Rusia, como otros miembros permanentes con derecho a veto, no parece dispuesto a renunciar de modo voluntario a ese privilegio, mientras México aspira a ser un nuevo integrante permanente aún sin posibilidad de veto.
Asimismo, hay discrepancias ineludibles que se pueden discutir abiertamente sin llegar a ser tema de conflicto. La embajadora Pensado, por poner un caso, menciona el tema del desarme nuclear. Mientras México, subraya, tiene una vocación histórica en favor de prohibir por completo todo el armamento atómico, Rusia se reserva el derecho de participar en la carrera armamentista hasta que la disuasión nuclear deje de ser un argumento en las controversias entre estados.
La diplomática mexicana, según sus palabras, se muestra optimista de poder contribuir a que los empresarios de uno y otro país descubran las posibilidades que ofrecen ambos mercados.
Hay –enfatiza– buenas perspectivas de realizar inversiones tanto en México por empresas rusas, como la petrolera Lukoil, que acaba de ganar su primera licitación para iniciar trabajos de exploración y explotación en campos marinos cercanos a las costas de Veracruz, Tabasco y Campeche, como en Rusia, donde compañías mexicanas con reconocida experiencia en la industria automotriz, entre otras, están interesadas en expandir sus negocios aquí.
La embajadora Pensado, quien sustituye a Rubén Beltrán, ahora a cargo de la legación mexicana en Chile, tiene por delante un amplio programa de trabajo, que incluye celebrar, en un mes, la comisión mixta de cooperación educativa, cultural y de deportes, de la cual surgen los respectivos programas de cooperación, así como terminar de revisar el instrumental jurídico de la relación bilateral para actualizar los convenios obsoletos o proponer la firma de nuevos acuerdos.
Reviste especial importancia, en su opinión, que se mantenga vigente el mecanismo de consultas políticas bilaterales, cuya más reciente reunión se celebró en agosto al venir el subsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos de Icaza.
En el terreno de los intercambios educativos y académicos hay interés creciente tanto de mexicanos que quieren venir a Rusia, como de rusos que desean ir a México. La embajada, al margen de los acuerdos bilaterales que ya existen entre universidades, procura captar las áreas de máxima utilidad recíproca e informar sobre las becas que otorgan los gobiernos mexicano y ruso, comenta su titular.
Diplomática de carrera, economista de profesión graduada en la UNAM y con una extensa trayectoria relevante dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde llegó a ser subsecretaria para América Latina, la embajadora Pensado es la primera mujer que representa a México en Rusia en casi 126 años de relaciones diplomáticas.
La coyuntura internacional –agraviados México y Rusia en igual medida por los desplantes inamistosos de la administración estadunidense de Donald Trump– favorece un acercamiento más intenso entre los países latinoamericano y euroasiático, y ahora, para que las buenas intenciones se concreten, todo depende de los pasos que debe emprender cada lado.
Para alcanzar, por ejemplo, el largamente esperado acuerdo de supresión de visas –después de que México simplificó al extremo los trámites de internación para ciudadanos rusos– hace falta, por el principio de reciprocidad en diplomacia, un gesto
similar de Rusia en favor de los viajeros mexicanos.