Washington.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el secretario de Estado, Rex Tillerson, descartaron este miércoles públicamente crecientes rumores sobre una creciente tensión que podría convertirse en una crisis para el gobierno.

Tillerson salió al paso de rumores sobre una eventual renuncia, mientras Trump reiteró que tiene total confianza en la gestión de su principal diplomático.

Nunca me pasó por la cabeza considerar la posibilidad de irme, dijo Tillerson en el Departamento de Estado, en un intento por acallar los rumores.

La gota que derramó el vaso fue un reporte divulgado por la NBC News, según el cual la creciente tensión entre Tillerson y Trump motivó una mediación del vicepresidente Mike Pence.

Como expresión de esa tensión, apuntó el reporte, al final de una reunión el pasado 20 de julio, Tillerson habría calificado al presidente de idiota delante de algunos asesores.

Ante periodistas en el Departamento de Estado, Tillerson rechazó el reporte y ofreció todo su respaldo a Trump.

El vicepresidente nunca me persuadió a permanecer como secretario de Estado porque nunca consideré dejar este puesto, afirmó el jefe de la diplomacia estadunidense.

Mi compromiso con el éxito de nuestro presidente y de nuestro país es tan fuerte como el día en que acepté el cargo, aseguró.

Por su parte, Trump dijo este miércoles que la idea de que hay tensiones entre él y Tillerson son fake news (noticias falsas). Tengo total confianza en Rex, aseguró el presidente.

Tillerson, empresario que hizo fortuna en la industria petrolera y quien nunca había ocupado un cargo público, ha enfrentado fuertes desafíos, como la conflictiva relación con Irán o la crisis con Corea del Norte.

En semanas recientes, Tillerson terminó siendo arrastrado varias veces por los mensajes del presidente Trump en Twitter, al punto de parecer que la Casa Blanca no estaba interesada en sus esfuerzos.

En uno de ellos, por ejemplo, el presidente afirmó que Tillerson estaba perdiendo el tiempo al tratar de negociar una salida diplomática a las difíciles relaciones con Corea del Norte.

No te preocupes, Rex, haremos lo que tengamos que hacer, añadió el presidente, en un mensaje que en Washington fue interpretado como una tentativa de poner al millonario secretario de Estado lejos de las decisiones centrales del gobierno.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee, dijo que si el presidente no tiene confianza en alguien, esa persona no estaría en un cargo.