Jueves 28 de septiembre de 2017, p. 40
San Cristóbal de Las Casas, Chis.
Es de los más pobres. Hace tareas domésticas o de plano pide limosna. Aún así, donó una pequeña bolsa de pasta, un kilogramo de frijol y ropa usada a los damnificados por los sismos. Su gesto, captado en video, se hizo viral y ahora ella recibe ayuda.
Encorvada por los años –calcula que tiene unos 80
– Catalina Vázquez Pale llegó el día 22 a una zapatería ubicada en la calle Escuadrón 201 y avenida 20 de Noviembre a entregar su modesta ayuda.
A partir del video muchos la llaman ahora tía Rosita. “Cuando hice la primera comunión el padre me dijo: ‘¿Quieres llamarte Rosita?’ ‘Sí’, dije. Ja, ja. Y así me quedó. Todos me dicen Rosita”, cuenta entre risas.
Nació en Huixtán y tenía cuatro o cinco años cuando se fue a San Cristóbal, donde durante mucho tiempo laboró de sirvienta. “Trabajaba en la calle Ramón Corona con una enfermera –se lleva las manos a la cara y llora–. Estuve 20 años, pero cuando ella murió me corrieron”.
No sabe leer ni escribir, es católica, renta un cuarto muy chiquito
por 350 pesos a unas cuadras de donde entregó el donativo, cerca del mercado José Castillo Tiélemans, y quiere ayudar a la gente que quedó viva porque quiere taparse, como yo. Otros murieron allá en la Oaxaca
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Iván Zárate, el dueño de la zapatería, explicó que abrió un centro de acopio para los damnificados del Istmo y me conmovió cuando ella trajo la ayuda. Inspiró e hizo llorar a mucha gente y varias personas se han acercado para ayudarla
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