Villahermosa, Tab.

Ya no podemos dormir con tranquilidad, vivimos con angustia desde el día del temblor, nunca habíamos sentido en Tabasco una sacudida tan intensa como la de ese día, dijo Martha Rodríguez Vidal, madre de familia de la colonia Guadalupe Borja de esta capital, mientras reza con un rosario en la mano.

Como ella, la gente de Tabasco vive en zozobra, con el temor de que sus casas se derrumben desde el 7 de septiembre, cuando casi a la medianoche se sintió el terremoto de magnitud 8.2 en esta zona del país.

Ana Ávalos, maestra de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, aseguró que no ha podido conciliar el sueño desde entonces, debido a que en los grupos de chat de redes sociales a los que pertenece se asegura que va a volver a temblar, y por eso sufre pánico por las noches.

El terremoto no dejó en la entidad personas que perdieran sus viviendas ni la necesidad de instalar albergues, en cambio, en la capital se colocaron varios centros de acopio para recibir y mandar ayuda a los damnificados, particularmente a los de Chiapas y Oaxaca, los más afectados en la región sureste.

En el centro de acopio del parque La Choca la gente no deja de llegar a donar. Lo hago de corazón, para nuestros hermanos que se quedaron sin sus casas, da gusto ver la solidaridad de la gente y de a poquito ya se ha juntado mucha ropa, pero falta más medicina, comentó Juana García, tras dejar unas despensas.

Pedro Hernández Valdez manifestó que Tabasco no era considerada zona sísmica, pero el temblor ahora sí fue muy fuerte, por eso ve con buenos ojos que el gobernador Arturo Núñez Jiménez haya propuesto instalar en la entidad sistemas de alerta sísmica.

Sí está colaborando la gente y se está logrando juntar medicinas, despensas y ropa en los centros de acopio instalados en Villahermosa, en el de la Secretaría de Seguridad Pública, en el hotel One, en (las instalaciones de) la Cruz Roja, también en el DIF, dijo Ana María Álvarez, voluntaria que selecciona víveres para su distribución.