Toluca, Mex.

Alfredo del Mazo González asiste en primera fila de los invitados especiales a la materialización de su sueño dorado. Y lo presume: En la historia de México, antes sólo un abuelo, padre e hijo, han sido gobernadores: el general, el ingeniero y Lázaro Cárdenas Batel.

Alfredo del Mazo Maza, su hijo y nieto del ex gobernador Alfredo del Mazo Vélez, rindió protesta como gobernador (2017-2023), tras ganar con diferencia de 170 mil 621 votos a Delfina Gómez, proceso validado por los magistrados electorales en el límite del plazo.

En la revisión de los priístas ningún proceso se resuelve yacon márgenes amplios, pero cuando se le comentó al ex gobernador Arturo Montiel lo cerca que estuvo Morena, según datosoficiales, atajó: Así sea por un voto se gana y ganó el PRI. A mí, como Andrés Manuel López Obrador no es el diablo, no me espanta.

La protesta constitucional se dio ante la 59 Legislatura del Congreso , también con la asistencia del jefe de Gobierno capitalino , Miguel Ángel Mancera, y todas las fracciones parlamentarias, además de los seis ex gobernadores del estado –Alfredo Baranda, Arturo Montiel, Emilio Chuayffet, César Camacho, Ignacio Pichardo y del Mazo González–.

El gobernador entrante asegura que la diferencia no implica división. No obstante, la celebración es en exclusiva tricolor y es desde ese estado donde –anticipa el dirigente nacional priísta, Enrique Ochoa Reza– el PRI trabajará en el nuevo proyecto para 2018.

Con Alfredo del Mazo regresa una clase política del PRI que había sido desplazada por los de Ecatepec, como se refieren los priístas del valle de Toluca y de Atlacomulco al grupo del gobernador Eruviel Ávila. Es por eso que, en medio de los abrazos, Alberto Bazbaz, quien renunció al cargo de procurador por el caso de la niña Paulette, suelta: Ahora sí todos son familia, ¿no?

Transferencia de poder tersa

La transferencia del poder se da tersa. Gracias a la fortaleza institucional, como cada seis años, resalta el nuevo gobernador que reconoce como trabajo previo de su triunfo el del Presidente, de Eruviel Ávila y el del presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez. Me voy sin pendientes, dice Ávila al concluir también el mensaje de su sucesor en el Teatro Morelos, ante la clase política mexiquense. Si acaso, no obstante, el de la inseguridad, sobre todo en el transporte público y contra las mujeres. Los asaltos a pasajeros se cuentan a diario por docenas en el territorio mexiquense y la seguridad pública es uno de los cuatro ejes que anuncia Del Mazo como prioridad, al igual que una política pública de nueva generación, sustentada en el denominado salario rosa, base a su vez de una de las impugnaciones al resultado electoral.

Antes de subir a un deslizador eléctrico de dos ruedas, Del Mazo González se retira de la nariz las mangueras que le provén oxígeno y niega que exista una dinastía en el estado de México. No la llame así. Mejor una vocación familiar de servicio, que la tuvo mi padre, la tuve yo y la tiene Alfredo. Este triunfo no es mío, él lo construyó ladrillo a ladrillo.

Rumbo del Teatro Morelos, Arturo Montiel –quien aspiró a ser Presidente–, niega que hoy el Grupo Atlacomulco retome el poder.

No hay tal grupo. ¿Tú lo conoces?, reprocha. –¿Es un mito? –No sé de dónde salió eso. Yo soy de allá y no lo conozco.