El escritor lanza en Madrid su novela más reciente, 4321, publicada por Seix-Barral
Retrata el siglo XX de Occidente, sobre todo su natal EU, nación que cambió con la afluencia masiva de inmigrantes
‘‘No culpo a Trump por ser el sicópata maniaco que es, hay muchas personas así en el mundo; lo que me asombra es que más de 60 millones de estadunidenses hayan votado por él”
profundamente misóginasy es un enemigo de la cultura, de la literatura, sostuvo Paul Auster ayer durante una conferencia de prensa en la capital española. En la imagen, el autor con su editora en España, Elena RamírezFoto cortesía de Seix-Barral
Martes 5 de septiembre de 2017, p. 4
Madrid.
A sus 70 años y con la curiosidad en la mirada intacta, el escritor estadunidense Paul Auster escribió su reciente novela, 4321 (Seix-Barral), con la finalidad de hurgar en uno de los grandes misterios de la vida: lo inesperado, lo azaroso, los hechos que vivimos y que nos condicionan.
Sin embargo, entre las inquietudes de este novelista afincado en Nueva York últimamente también están las vicisitudes políticas, raciales y antropológicas de su país, donde asiste con tristeza y perplejidad al despertar de un ogro que parecía dormido.
Por eso, con mirada curiosa, inquiere: ¿Cómo es posible que 60 millones de estadunidenses hayan votado a un sicópata maniaco?
Auster nació en Newark, Nueva Jersey, en 1947, en el seno de una familia judía de origen polaco que huyó de la Europa incendiada y atemorizada por el auge del nazismo.
Nueva York se convirtió no sólo en su refugio y su ciudad, sino también en un lugar más de su imaginario literario, que inició a los 29 años, cuando publicó su primera novela.
Ahora, con una carrera literaria consolidada, traducido a decenas de idiomas y con numerosos reconocimientos, publica lo que él cree es, probablemente, su novela más ambiciosa.
Azar y realidades subvertidas
En 4321 Auster indaga en ese misterio de los hechos fortuitos, de cómo un instante o un episodio concreto acaban por cambiar la vida para siempre. Él mismo recordó que había tenido dos grandes instantes que lo marcaron por lo inesperado y porque finalmente fueron vitales para su historia personal. El primero ocurrió cuando tenía 14 años y su familia lo envió a un campamento de verano en una zona boscosa; una noche hubo una gran tormenta y a un costado de la casa de campaña cayó un rayo que mató a uno de sus compañeros, otro joven de su edad. Pude haber sido yo, pero no fue así. Fue el otro chico. Y eso, ¿por qué fue? ¿Fue el azar o el destino? No lo sé, pero sí sé que fue algo inesperado
, explicó Auster en una rueda de prensa.
El segundo hecho que lo marcó fue conocer a su esposa y compañera, la escritora Siri Hustvedt, con quien vive desde los años 80 del siglo pasado, y ha sido determinante en su evolución de escritor, publicando desde entonces las que se consideran sus grandes novelas, al menos antes de la más reciente: El palacio de la luna, Leviatán, Trilogía de Nueva York y El libro de las ilusiones.
Después de siete años de silencio literario, Auster presenta una historia que es de alguna forma la del siglo XX del mundo occidental, sobre todo de su país, nación que se transformó con la afluencia masiva de migrantes económicos y personas que huían de la Segunda Guerra Mundial o de la depresión y la hambruna de la primera mitad del siglo XX en Europa.
En esa novela se entrelazan cuatro historias en torno a una persona, siempre mediante hechos azarosos que al final subvierten esas realidades entretejidas. El personaje es un joven llamado Archie Ferguson, nieto de judíos inmigrantes en Nueva York, a través del cual enhebra la historia de una saga que representa una época singular. Figuran la adolescencia, la juventud y la búsqueda infatigable del amor; también la agria lucha por los derechos civiles en la segunda mitad del siglo XX, los asesinatos de Martin Luther King y J.F. Kennedy y hasta la fractura en la sociedad por la guerra de Vietnam.
Es una historia contada en más de mil páginas, que hizo con celo y en su inseparable máquina de escribir durante siete años.
Amenaza para EU y el mundo
Auster, quien admitió cierta fatiga al viajar por el mundo promocionando su libro, cuando él lo único que desea es volver a Nueva York y sentarse a escribir historias, también se refirió de manera reiterada a su visión sobre Estados Unidos en la época actual, gobernado por un personaje como Trump, donde vuelven a aflorar sentimientos raciales que se creían abolidos. “No culpo a Donald Trump por ser el sicópata maniaco que es, hay muchas personas así en el mundo. Lo que me asombra es que más de 60 millones de americanos hayan votado a un sicópata maniaco. Creo que es un peligro y una amenaza real, no sólo para Estados Unidos, sino para el mundo. Así que rezo para que no sea relegido, porque ocho años de Trump serían... no sé... ¿El mundo seguiría existiendo?”
Auster reconoció que en la sociedad estadunidense se había instalado el malestar, el enfado y de alguna manera eso llevó al encono social y que acabaran votando a Trump 60 millones de personas, de las que 52 por ciento fueron mujeres, lo que dijo el escritor, me impresionó muchísimo
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Paul Auster recordó que Trump, además de ser sicópata maniaco
, tiene un discurso y unas creencias profundamente misóginas
y es un enemigo de la cultura, de la literatura.
Trump, recordó el autor, manifestó que no le gusta cómo huelen los libros, así que mucho menos le va a gustar sujetar uno entre las manos
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Sin embargo, la perplejidad de Auster es aún mayor después de escribir 4321 y profundizar en la historia de su país: Estados Unidos es un experimento único en la historia humana. Es un país complicado, porque es una invención y es un país de inmigrantes. Es una idea compleja y a su manera noble, y que parte del hecho de que la forman todos los que han llegado a ella. Estados Unidos es los que habitan un territorio y se han organizado para convivir. Su tragedia es que está fundada en varios crímenes: uno es la esclavitud, de la que nunca hablamos muy claramente
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Auster insiste en que a pesar de Trump y su estela de fanatismo, la poesía y la literatura llegarán después a Donald Trump
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