e gusta la nueva forma en la que aprendemos, porque ya no repetimos y repetimos. A mí me gusta aprender a aprender y no memorizar”, dice un hermoso niño al que hicieron memorizar y repetir dichas frases, ya utilizadas en espots previos de la reforma educativa, pero recicladas para un mensaje del quinto Informe de gobierno del presidente Peña Nieto (https://www.youtube.com/watch?v=vQB5v1aU0Z).
Más allá del grosero uso propagandístico que hacen del niño José Ángel y el acartonamiento que produce repetir de memoria frases preparadas para una charla informal
evidentemente falsa, el espot presidencial nos muestra con mucha claridad el fondo del proyecto educativo sexenal: hablar de aprender a aprender
sólo para practicar la memorización mecánica y la repetición, esa del adoctrinamiento de la escolástica religiosa rechazada por los liberales mexicanos desde el siglo XIX.
Eso mismo implica la absurda pretensión de que lo importante es qué tan rápido pueden leer los niños por encima de qué tanto pueden comprender un texto. Quizá porque lo primero se puede medir y lo segundo habrá que evaluarlo y, pues como eso de la hermenéutica no se les da a nuestros tecnócratas neoliberales, prefieren velocidad a comprensión, pues no entienden, parafraseando a José Alfredo, que lo importante no es llegar primero, sino saber llegar.
Es la misma lógica que subyace en los exámenes estandarizados dizque para evaluar
a maestros y alumnos, donde lo importante es memorizar datos o atinarle a la respuesta correcta
por sobre la reflexión y el razonamiento para llegar a una conclusión. Respuestas correctas
que no dicen nada de los procesos de trabajo docente y de aprendizaje, que, para bien o para mal, ocurren en las aulas, pero como estos procesos no son medibles
, aunque sea lo verdaderamente importante, prefieren vigilar y castigar, premiando el disciplinamiento y castigando la creatividad y la reflexividad. Para ello hacen sinónimos, por ignorancia y mala fe, medir y evaluar, cuando cualquiera entiende que no es lo mismo evaluar a un profesor que medirlo.
Por cierto que el principio pedagógico de aprender a aprender
, hoy copiado y utilizado sólo como eslogan propagandístico, fue (junto con aprender a hacer
y aprender a ser
) piedra angular del diseño del modelo educativo de los colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) inaugurados en 1971 en la UNAM, durante la rectoría de Pablo González Casanova. Como orgulloso egresado de ese sistema educativo me molesta que pretendan presentar como innovador algo que fue planteado (y realizado con coherencia) hace ya casi 40 años, pero me resulta inaceptable y profundamente repulsivo que ahora sea utilizado como lema para legitimar su contrario.
Sin embargo, más allá de estas perversiones, el espot de marras evidencia una gran mentira y una contradicción grotesca, pues el pequeño José Ángel cuenta con una maestra que fue formada con los planes de estudios vigentes hace unos 15 o 20 años, quien quizá llevó algunos con cursos posteriores, pero diseñados con el viejo modelo educativo y utiliza los mismos planes y programas de estudio y materiales de apoyo que anuncian haber dejado en el pasado por inadecuados, pues, de acuerdo con el secretario Aurelio Nuño, los nuevos planes (presentados hace dos meses) y sus materiales de apoyo ¡empezarán a ser utilizados el año próximo!
O sea, que el espot presidencial hace caravana con sombrero ajeno y sin querer queriendo nos dice que el viejo modelo educativo funciona muy bien, pues de lo que se presume es producto del viejo y no del nuevo proyecto educativo
, el cual empezará a funcionar en 2018, año en que termina el sexenio.
Mentiras y contradicciones evidentes y constantes son ya un emblema de la llamada reforma educativa, la cual no sólo se hizo al revés (como bien dice Manuel Gil Antón, en estos casos el orden de los factores sí altera y mucho el producto), sino que en su nombre presumen como propios resultados de un pasado que condenan y hacen exactamente lo contrario a lo que pregonan: copiar, memorizar y repetir y repetir… ¿hasta que sus mentiras se vuelvan verdades?... o hasta que los mexicanos logremos sacarlos a votos del gobierno... ¿qué será?...
PD. Todo indica que la astrología (Nuño dixit) los seguirá eclipsando.