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Ver día anteriorLunes 4 de septiembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El agua cubre Houston y la megaurbe mexicana
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oda la semana anterior los medios tuvieron el agua como una de sus principales noticias. Por un lado, mostrando los daños que en Houston y su área metropolitana (la cuarta más importante de Estados Unidos) dejaba el huracán Harvey y que afectará al resto de ese país, pues la capacidad de refinación de hidrocarburos que se realiza en Texas y Luisiana se redujo en un tercio y dejaron de funcionar las plataformas de extracción de crudo y gas en el Golfo de México.

Desde 2005, cuando Rita causó también daños incalculables, Houston, áreas circundantes y sus tres puertos sobre el Golfo de México (Houston, Galveston y Corpus Christi) no padecían una crisis de tal magnitud. Todas las actividades económicas fueron afectadas. Y como es costumbre, el agua se cebó con las áreas donde vive la gente con menos recursos, aunque también las grandes fortunas vieron cómo sus lujosas residencias padecían por las torrenciales lluvias. Hay que señalar la positiva capacidad de respuesta de las instancias gubernamentales y la ciudadanía ante el desastre.

La ciudad que no vio en 2005 con simpatía el arribo de los pobres que se quedaron sin nada en Nueva Orleans y áreas adyacentes por el huracán Katrina, ahora vivió en carne propia el desplazamiento de decenas de miles de damnificados, más de 150 mil viviendas y edificios inundados y, hasta ahora, más de 50 muertos. El gobierno calcula que se requerirán más de 40 mil millones de dólares para que todo vuelva a la normalidad. El presidente Donald Trump visitó Houston y prometió toda la ayuda necesaria. Pero su promesa se perdió en las redes sociales por la crítica a la indumentaria de Ivanka, su hija preferida e inseparable apoyo, que en medio del desastre lució ropa carísima y zapatos de aguja valorados en más de 400 dólares.

Y mientras Harvey mostraba en el vecino país la vulnerabilidad de su infraestructura pública y privada, la megaurbe cuyo corazón es Ciudad de México se colapsó por la lluvia en ciertas áreas importantes. Los noticiarios de la televisión y los medios impresos se ocuparon de las inundaciones en varias zonas de los municipios de Cuautitlán Izcalli, Atizapán de Zaragoza y Tlalnepantla, en el estado de México. También en comunidades ubicadas entre el Ejidal San Isidro y la unidad Niños Héroes al desbordarse la presa El Ángulo. Además, hubo encharcamientos en Coacalco y Tultitlán, donde el agua cubrió la Central de Abastos. En el estado de México existen 157 puntos susceptibles de sufrir inundaciones, encharcamientos o granizadas. El gobernador de la entidad, asegura que ahora hay menos desastres naturales. Quizás lo dijo eufórico por el grado honoris causa que le confirió el Consejo de la Judicatura estatal. Reconocimiento que recibió con mucha humildad, pues yo soy el portador, pero el mérito es de todo mi equipo de trabajo, de quienes logramos reducir los índices de carencias, de pobreza en materia de salud, vivienda y en materia de seguridad, dijo Ávila. Cuando todo indica retroceso en todos esos campos y en feminicidios durante su gobierno, que está por concluir.

Y si en el estado de México había inundaciones, no lo fueron menores las que padeció Ciudad de México. Hasta el aeropuerto canceló actividades porque el agua cubrió las pistas de aterrizaje y áreas adyacentes. El Circuito Interior se colapsó y los ríos y arroyos que se comparten con la vecina entidad y aún quedan sin convertirlos en avenidas, se salieron de su cauce por la basura y por estar azolvados. Un socavón a unos pasos de la glorieta de Colón, fue el sello de lo que ocurre en la ciudad y su área metropolitana ante la falta de la más mínima planeación urbana. Con humor ácido, las redes mostraron cómo del socavón salía Godzilla. Esta vez convertido en el monstruo de la ineptitud de las instancias oficiales locales y la federal. Esta última a cargo de la señora Rosario Robles, responsable del ordenamiento territorial de las ciudades y el campo.

Mientras el huracán Lidia deja muertos y daños en Los Cabos, recordemos que, al término de su sexenio, Felipe Calderón (quien sueña vivir nuevamente en Los Pinos) inauguró magnas obras que, dijo, terminarían para siempre con las inundaciones en la cuenca de México.