Houston.

Rescatistas seguían buscando ayer a personas atrapadas en zonas inundadas del sudeste de Texas –tras el paso del huracán Harvey– y el alcalde de Houston advirtió que los vecindarios occidentales podrían seguir bajo el agua dos semanas más.

La tormenta desplazó a más de un millón de personas y podría haber dejado al menos 47 muertos. Las inundaciones, que paralizaron Houston, elevaron los niveles de los ríos a máximos históricos y cortaron el suministro de agua potable en Beaumont, Texas, ciudad de unos 120 mil habitantes.

La Casa Blanca está preparando un paquete inicial de 5 mil 900 millones de dólares para la reconstrucción de Texas.

La propuesta, que está siendo finiquitada mientras continúan consultas con dirigentes republicanos, probablemente será una fracción del total que será desembolsado para la reconstrucción.

Una fuente oficial que pidió no ser identificada dijo que la propuesta será enviada al Congreso el viernes próximo y que, probablemente, tanto la Cámara de Representantes como el Senado la votarán la semana entrante.

El alcalde de Houston, Sylvester Turner, pidió desalojar casas inundadas, mientras el Cuerpo de Ingenieros del Ejército sigue liberando agua en el río Buffalo Bayou para evitar el colapso de una represa y un dique.

Sigue habiendo zonas mortalmente peligrosas, advirtió el gobernador Greg Abbott. El río Neches sigue creciendo. Está cerca de 2.1 metros por encima de su récord y seguirá en ese máximo o cerca de él durante la próxima semana.

El fenómeno climatológico tocó tierra hace una semana como huracán de categoría cuatro y el más poderoso que golpea Texas en medio siglo. El jueves se degradó a tormenta tropical en su avance hacia el interior, donde descargó cantidades sin precedente de lluvia y devastó una zona de más de 480 kilómetros en la costa del estado.

El precio promedio de un galón de gasolina regular aumentó 17 centavos desde la llegada de la tormenta, alcanzando 25 dólares la mañana de ayer, su nivel más alto desde agosto de 2015, según el grupo AAA.

Preocupaciones por el suministro llevaron al Departamento de Energía a autorizar la liberación de hasta 4.5 millones de barriles de crudo de las reservas estratégicas.

Varias refinerías de la costa Este han quedado sin gasolina, aumentando el temor a escasez de combustible durante la festividad de tres días.